Hola de nuevo amigos y seguidores de mi blog. Hoy es cuatro de mayo de 2024 y me voy con mi hermano Javier y mi amigo Ángel a subir un pico de la Sierra de Gratal o Caballera, el Pico Peiró (1.579 m). Es uno de los picos emblemáticos de la Sierra, junto con el Gratal (1.563 m) y el pico de La Calma (1.582 m), a los que ya he ascendido y que podéis ver en otras entradas anteriores del blog.
La de hoy es la típica caminata que sin adentrarnos en las Sierras interiores o desplazarnos al Pirineo Axial, te permite pasar una mañana de montaña muy gratificante y entretenida y mucho más cerca de mi ciudad de origen, Zaragoza, pues a 105 km de distancia y una hora y cuarto de recorrido en coche alcanzaremos el destino. Estamos en la Comarca de la Hoya de Huesca.
La previsión del tiempo que nos facilita la AEMET (Agencia Estatal de Metereología) es de una temperatura de 9 Cº a las 8 de la mañana y de 17 Cº a las tres de la tarde, sin apenas viento (3 km/ h) y con el cielo totalmente cubierto aunque sin lluvia apreciable. Veremos si aciertan.
Cómo llegar
Desde Zaragoza, tomar al autovía Mudéjar A-23 y pasado Huesca continuar por la misma hasta la salida 381 que nos llevará hasta el centro de control de túneles y de ahí por la N-330 hasta la población de Arguis. Pasamos el pueblo y tras unos 500 metros por la carretera llegaremos al desvío a Bentué de Ralsal el cual tomaremos. Continuaremos durante 2,6 Km por una estrecha carretera hasta llegar a una pista de tierra y grava que sale a nuestra izquierda y en la que hay unos pequeños carteles indicativos.
Desde aquí ya podemos ver frente a nosotros la escarpada silueta del pico Peiró (1.579 m) con sus característicos anticlinales calizos, compuestos de materiales Mesozoicos del Cretácico y que afloran claramente en su flanco septentrional. Forman parte de unidades estructurales despegadas y desplazadas hacia el sur, constituyendo el frente pirenaico.
La pista, al menos en su tramo inicial, que va en descenso, está hoy en bastante mal estado. Con las lluvias de la primavera, las roderas de algún vehículo todoterreno han favorecido que la grava se desplace y en la tierra se formen baches profundos y alargados que hacen complicado progresar, sobre todo para los vehículos de suelo bajo como el mío. Pasada esta zona, la pista mejora notablemente.
Continuamos por esta pista durante unos 400 metros hasta llegar a un ensanche donde hay un cruce y unos paneles indicativos. Estamos a 1.106 metros de altitud.
En este punto se pueden hacer dos cosas, o estacionar y seguir andando y así calentar los músculos, o continuar con el coche un kilómetro más, hasta donde comienza propiamente la senda. Nosotros hacemos esto último. Indistintamente se haga una cosa o la otra, hay que tomar el ramal derecho y seguir las indicaciones de un poste de dirección hacia el Pico Peiró a 2,9 km de distancia. Si nos fuéramos por el ramal izquierdo llegaríamos a los pozos de hielo de las Calmas y al embalse de Arguis.
Parte del trayecto por la pista y luego por la senda, coincide con el sendero GR-1 (senderos de gran recorrido pirenaico) y con el Camino Natural de la Hoya de Huesca. Supongo que ya lo sabréis pero os hago un resumen: los senderos de GR o gran recorrido son los que tienen más de 50 kilómetros y los colores son blancos y rojos. Los de pequeño recorrido o PR son de color blanco y amarillo y tienen entre 10 y 50 km. Y finalmente los senderos locales o SL, son de color blanco y verde y tienen menos de 10 km de recorrido.
Inicio de la caminata por la empinada senda (desnivel: 37%)
Llegamos al punto donde comienza la senda y aparcamos allí (hay espacio suficiente para varios vehículos).Una vez que nos hemos pertrechado con la mochila, bastones y demás, iniciamos la excursión. Estamos a 1.140 m de altitud y son las 8:30 horas.
Echamos un vistazo a los paneles informativos de la ascensión al hayedo y pico Peiró que están junto al inicio de la senda. Observamos de nuevo que parte de la ascensión coincide con el Camino Natural de la Hoya de Huesca. Sus postes indicativos llevan una placa roja metálica que lo indica, y también con el GR-1 con sus características bandas de pintura blanca y roja como ya os he explicado.
Nada más comenzar, ya nos encontramos con una prueba de resistencia física, la senda que asciende en línea recta, presenta una pendiente del 37%. A más de uno esto ya le haría desistir, pero nosotros estamos acostumbrados a este tipo de terreno. De todas formas nos lo vamos a tomar con calma, a nuestro ritmo y sin forzar la marcha.
A medida que ascendemos vamos atravesando una zona de pinar con un sotobosque repleto de mi arbusto pirenaico preferido, el boj. En los próximos 350 m de distancia, tendremos que salvar un desnivel de 130 m.
Parte del sendero se encuentra acondicionado con traviesas y peldaños de madera que nos facilitan la ascensión y evitan por otro lado la erosión por lluvia del mismo. Con terreno embarrado la ascensión puede resultar mucho más dura y costosa.
Tras superar el primer tramo de la ruta, la senda hace un giro hacia el noroeste. La pendiente se suaviza, e incluso desciende un poco. El monte Peiró asoma a lo lejos. Vemos su cara meridional, surcada por los poderosos anticlinales calizos verticales que sobresalen del terreno. También aparecen las primeras hayas, preludio de lo que nos espera más adelante. Son las 9 de la mañana.
Desde aquí podemos ver claramente las pistas que hemos recorrido con el coche hace apenas media hora y al fondo la Sierra de Bonés y la Raya de las Tiñas.
Pero el remanso dura poco y la senda comienza otra vez a empinarse. Nos dirigimos hacia la zona del Hayedo del Peiró.
De nuevo algunos tramos acondicionados. Una «escalera» sobre el terreno facilita la progresión.
Vamos avanzando y la senda parece dar de nuevo un pequeño respiro. En un tramo con algunos postes de protección, el monte Peiró nos muestra mucho más claramente los estratos rocosos de su cara sur. Son las 9: 10 horas.
Poco a poco la senda se va adentrando en el hayedo. Es de pequeña dimensión. Es raro ver hayas por estas latitudes por eso lo hace muy especial.
Llegada al hayedo de Peiró-Arguis (1.349 m)
Son las 9: 15 horas y ya tenemos el hayedo a la vista. En 45 escasos minutos hemos salvado 209 m de desnivel. El hayedo Peiró-Arguis es uno de los hayedos más meridionales de la provincia de Huesca. Está ubicado en la ladera norte de la Sierra de Gratal, como no podía ser de otra forma, en una zona de más umbría y de mayor precipitación que la ladera sur.
Este hayedo es de alto valor ecológico y está catalogado como Lugar de Importancia Comunitaria dentro de la Red Natura 2000. Además, tiene una característica muy especial por el hecho de estar asociado con el tejo, árbol que tiene en este paraje una de sus mayores poblaciones de todo el prepirineo oscense.
Desvío hacia el hayedo – Collado de Sarramiana (opcional)
Hemos recorrido unos 200 metros por la senda que cruza el hayedo cuando alcanzamos un desvío señalizado junto a un panel informativo. Es un cruce de senderos. En este momento se pueden hacer dos cosas, una, o seguir hacia el pico Peiró todo recto y en dirección noroeste, u otra, desviarte a la izquierda por una senda en clara subida y dirección sur que nos adentrará más en el hayedo y nos llevará, siguiendo el itinerario del Camino Natural de la Hoya de Huesca, hasta el Collado de Sarramiana. Nosotros decidimos continuar hacia el pico y dejar de momento para la vuelta la posible visita al interior del hayedo.
Únicamente deciros que el sendero hacia el collado de Sarramiana (1.510 m) es bastante empinado, de hecho salva un desnivel de 157 metros en apenas 600 metros de distancia lo que supone una pendiente media del 26%. Si decidís visitarlo, serán unos 20 minutos más de excursión y después tendréis que deshacer el camino subido para dirigirnos de nuevo al cruce de senderos del hayedo de Peiró.
En este punto en el que nos dirigimos directamente a la cima, abandonamos el sendero GR-1, como así queda reflejado en forma de aspa pintada sobre un tronco de un árbol próximo.
Senda de ascensión al Pico Peiró
La senda va ascendiendo de forma paulatina, ya sin rastro del bosque de hayas y con una vegetación más propia de las Sierras Exteriores del Pirineo. El camino a veces se estrecha considerablemente y hace su aparición el erizón o cojín de monja, con sus característicos pinchos y también grandes arbustos de boj.
También desde aquí se pueden ver los perfilados estratos de materiales calizos que rodean algunos congostos como la Foz d ´a Gabarda, del río del mismo nombre, que ha ido cortando las calizas mesozoicas cretácicas de la Sierra Caballera y que es tributario del río Isuela.
Seguimos subiendo y echando la vista atrás vemos el bosque de hayas y sobre él, el collado de Sarramiana, que hemos dejado de momento a un lado para dirigirnos directamente al pico.
Está muy nublado, y a ratos sentimos una casi inapreciable pero constante lluvia. Los pronósticos no se han equivocado. Pero es suficiente para hacer que el suelo esté algo mojado, haciendo más complicado avanzar en algunos tramos en los que la senda coge pendiente y en los que aparecen escalones de tierra algo resbaladiza que a veces nos obligan a ayudarnos de las manos pero sin ningún peligro ni complicación técnica. Los bastones en este caso son de gran utilidad, tanto para subir como para bajar.
Poco a poco vamos superando este tramo y ya vislumbramos al fondo lo que parece un collado, antesala de la ascensión a la cima. Son las 9:40 horas. Llevamos una hora y diez minutos de marcha a un ritmo tranquilo.
Llegada al collado del Peiró
Cinco minutos después de vislumbrar lo que parecía el collado llegamos a él. Una semi-planicie dominada por un prado con vistas a ambas vertientes del monte. Paramos un rato aquí para contemplar el paisaje.
Ultimo tramo de ascensión al pico
Desde el collado, y a la derecha según hemos llegado, parte un sendero que nos permitirá alcanzar la cima. Nos quedan unos 90 metros de desnivel a superar. Son las 9:50 horas cuando iniciamos el ascenso.
La senda es empinada y el terreno parecido a lo que hemos superado ya, mezcla de tierra, piedras y vegetación más o menos espesa, donde predomina el boj y los erizones. Desde aquí se contempla una hermosa vista de la cabecera del valle del río Garona, la Sierra Caballera y el pueblo de Bentué de Rasal.
Si el día estuviera despejado, tendríamos también una estupenda vista de parte del Pirineo Axial, que ahora está cubierto por las nubes, una lástima. Si os queréis hacer una idea de lo que se vería, en la entrada del blog sobre el Pico Pusilibro, en la Sierra de Loarre, una de las tres que conforman este sector, tenéis unas cuantas fotos que hice de los picos nevados.
Ya casi estamos y sólo nos queda trepar por un pequeño resalte de roca que se supera sin más complicación para alcanzar la cresta que nos conducirá hasta la cima. En días de lluvia débil como hoy, hay que ir con precaución por la roca pues la superficie está algo más resbaladiza.
En quince minutos hemos recorrido los noventa metros de desnivel y hemos llegado a la parte cimera y a la cresta. Ahora sólo queda alcanzarla.
Llegada a la cima del Peiró (1.579 m)
En apenas hora y media, hemos llegado a la cima. Nos lo hemos tomado con calma. Hemos superado 440 m de desnivel y recorrido aproximadamente unos 2 kilómetros de distancia hasta aquí. Ahora toca disfrutar de las vistas y hacerse unas cuantas fotos de recuerdo y ya veremos si comer algo.
Hacia el este, se ve, asomando en punta, el pico Gratal, con sus 1.563 m. El Peiró, donde nos encontramos mide 1.579 m. Estamos prácticamente a la misma altura.
Y ya por fin, un montículo de piedras nos indica que hemos llegado a la verdadera cima. Como podéis ver por las fotos, el espacio allí es reducido. A un lado, tras el hito de piedras, hay un cortado con bastante caída, tened precaución. Al otro, la ladera de la cresta, algo menos expuesta.
Desde aquí se aprecian las dos vertientes. Una, mirando al este, magnificas vistas de la zona del entorno de Arguis, con la Sierra de Bonés a nuestra izquierda, la de Gratal a nuestra derecha y al fondo la Sierra de Guara donde podemos distinguir el tozal de Guara. También se ve tras el pantano, el Pico del Águila con sus características antenas. Y hacia el oeste, el valle del Garona, la foto que os he puesto antes subiendo el último tramo. Está muy nublado, pero de no ser así también se distinguirían el pico Cuculo y la Peña Oroel.
Mientras estamos en la cresta se pone a chispear. Una lluvia ligera pero constante. A pesar de ello, decidimos quedarnos un rato más y comer algo. Insisto, desde aquí, si no estuviera tan cubierto, se podrían apreciar magníficas vistas del Pirineo, desde el Bisaurín hasta Cotiella, los tresmiles de las Tres Sorores, Balaitous, Infiernos y La Munia, todo un espectáculo que hoy nos está vetado.
Mientras estoy aquí pienso en todo el entorno que me rodea. Me encuentro en las Sierras Exteriores o Prepirineo. Se trata de la última unidad estructural pirenaica que además está en contacto con las tierras llanas del Valle del Ebro.
Aquí, el material dominante es la caliza y en conjunto estas sierras constituyen los últimos pliegues de los mantos de corrimiento que se deslizan desde Gavarnie (Sierras de Santo Domingo, Loarre, La Peña, Gratal y Guara), mientras que el reborde sur de las mismas está constituido por una banda de conglomerados (Agüero, Riglos, Salto de Roldán, Vadiello). En el Peiró abundan los materiales mesozoicos del Cretácico. Estos materiales constituyen un interesante anticlinal que aflora potente en su flanco septentrional y de lado en el meridional y que hemos podido apreciar mientras subíamos.
El regreso
Son las 10:51 horas de esta estupenda mañana de excursión. Hemos estado unos tres cuartos de hora por la cima y ahora toca regresar antes de que llueva más. El descenso lo realizamos por el mismo itinerario del ascenso.
En el collado nos encontramos con otros montañeros que nos indican que van a acceder al collado de Sarramiana desde una senda que parte desde donde estamos, a la derecha en el sentido de la bajada, y que les permitirá ir cresteando por el monte que queda también a nuestra derecha para luego descender al hayedo. Os lo enseño en las fotos que os pongo debajo. Es otra opción para llegar al hayedo que si queréis podéis hacer.
En cuanto a nosotros, estamos un rato más en el collado y terminamos de comer algo, ya que no permanecimos mucho tiempo más en la cima del Peiró, no fuera que la lluvia arreciara y terminara por empapar el suelo, con lo que la bajada se nos podría hacer algo más complicada y pesada, dada la fuerte pendiente y el posible barro.
Son las 11:30 horas y nos disponemos ya a bajar hacia el coche. Lo más probable es que no visitemos el collado de Sarramiana y lo dejemos para otra ocasión, pues tenemos cosas que hacer y no queremos llegar muy tarde a casa.
La lluvia ha prácticamente cesado y hemos bajado sin problema. A las 11:56 llegamos de nuevo al cruce de sendas en el hayedo. No vamos a visitar el collado de Sarramiana, así que continuamos el descenso.
A las 12:26 horas y tras una bajada que desde el hayedo se nos ha hecho eterna a pesar de ir en animada conversación, vemos ya el panel de comienzo de senda y el coche aparcado en compañía de otros dos vehículos que han estacionado después que nosotros. Hemos llegado.
Ha sido una caminata muy gratificante, bonita de hacer, y en muy buena compañía. Totalmente recomendable. Lo único que si queréis tener unas vistas formidables del Pirineo, mejor venid un día en que esté totalmente despejado. A nosotros no nos ha importado que esté cubierto pues lo que buscábamos era hacer ejercicio y pasar una buena mañana de deporte y salud.
Una de las cosas que más nos interesaba era ver como se nos daba la subida de 37% de inclinación sin calentar previamente, y la bajada posterior, sobre todo por Javier, que llevaba ya una temporada sin hacer ascensiones, y todo ha ido perfectamente. Hemos planificado para la próxima salida el Tozal de Guara así que nos vemos de nuevo si todo va bien en esa entrada del blog. ¡Hasta pronto!.
Recorrido, MIDE y perfil de elevación
Como hago siempre en las entradas del blog, os dejo el recorrido y el perfil de elevación, así como el MIDE , donde se puede ver el esfuerzo necesario, la severidad del medio, orientación etc. Los tiempos del MIDE son demasiado escasos. Yo lo pondría en 3 horas ida y vuelta a ritmo tranquilo para alguien con una constitución física normal aunque claro está, acostumbrado a caminar por la montaña.