Los Ibones de Arriel: inferior (2.170 m) y superior (2.238 m) desde La Sarra. Tipo de ruta: travesía. Distancia: 14,4 km totales. Desnivel (+ -) a superar: 985 m. Duración: 6,30 – 7 horas. Dificultad y esfuerzo necesario: moderado.

Hola amigos y seguidores de mi blog. Hoy es 15 de agosto de 2023 y me voy en solitario a hacer una maravillosa ruta de alta montaña. Es una caminata preciosa, espectacular, muy recomendable, que os transmitirá un montón de sensaciones formidables, en un entorno incomparable de nuestro Pirineo aragonés. Si os gustan los parajes salvajes, los ibones y las altas cumbres rocosas rodeándolo todo, esta es vuestra andada. Comenzamos.

Como llegar al embalse de La Sarra (Sallent de Gállego)

Sobre como llegar al embalse de La Sarra con el coche, no me voy a extender en explicaciones ya que es exactamente igual que para realizar la ruta para ir hasta el refugio de Respomuso que publiqué en el blog recientemente. Podéis verlo en el siguiente enlace.

https://momentum.photo.blog/2023/09/16/caminata-al-refugio-e-ibon-de-respomuso-2-220-m-desde-el-pantano-de-la-sarra-1-440-m-desnivel-y-820-m-esfuerzo-requerido-moderado-dificultad-tecnica-facil-distancia-total-16-km/

De todas formas, os lo cuento muy resumido: el camino comienza en la cola del embalse de La Sarra. Tras cruzar el puente de las Faxas tomar el GR 11 en dirección a Respomuso. Superar el Llano Tornalizas, vadear el barranco Soba, atravesar el estrecho Paso del ´Onso y alcanzar el herboso Llano Cheto donde el valle gira bruscamente al este. Cruzar entonces el torrente de Arriel y ascender 200 m por una cuesta empinada hasta un desvío a (1.728 m) ,que hay que tomar para ir a los ibones de Arriel.

Me encuentro en la comarca aragonesa del Alto Gállego, muy cerca de la frontera francesa en un entorno paradisiaco. El tiempo es magnífico, y madrugo para poder disfrutar tranquilamente de la montaña sin prisas y a mi ritmo.

Inicio de la excursión

Aquí otra vez os remito a la entrada del blog sobre Respomuso y ahí os explico cómo llegar al punto en el que me tendré que desviar hacia el sendero que me llevará hasta los ibones de Arriel.

Después de ese punto, todo es distinto, pero hasta que llegué al desvío tuve otra visión del paisaje, totalmente diferente al de la otra caminata, aún siendo el mismo lugar, ya que al ser más temprano, el sol no daba tan de pleno y pude observar algunos detalles en el entorno que no aprecié la otra vez, así que creo que merece la pena que os lo cuente y acompañe con alguna foto.

Un comienzo tranquilo

Son las 7:22 horas de esta estupenda mañana de agosto, y la verdad, da gusto estar por aquí. No hay nadie, se respira paz y tranquilidad y comenzar así la caminata es una gozada. Tened en cuenta que si estoy aquí ya por estos lares y a estas horas es porque he madrugado bastante para llegar en coche muy temprano al Pirineo. Un esfuerzo que, para mí, merece la pena, y mucho.

Hay vehículos aparcados, pero no tantos como la otra vez. Me pongo las botas, cojo lo necesario y comienzo a caminar . Los ibones me esperan.

Aparcamiento, cerca del merendero en La Sarra, donde dejo el coche
Alguien se dejó la silla…»quien fue a Sevilla…perdió su silla» como dice el refranero

Siguiendo el GR 11 hacia el desvío a los ibones de Arriel

Tal vez ya sepáis como llegar hasta el desvío a los ibones de Arriel, sobre todo si habéis ojeado un momento la entrada que trata sobre el Refugio de Respomuso, pero no obstante, os pongo un resumen de los lugares más destacables que nos pueden servir de referencia en el camino junto con alguna foto.

Una de las primeras referencias es dejar el puente de Carlitos Royo que cruza el río, a la derecha mientras camino por el sendero que lleva las inconfundibles marcas del GR 11.

Puente de Carlitos Royo y río Aguas Limpias
Desvío al puente de Carlitos Royo que dejo a mi derecha

Otra visión que no hay que perderse es un monte que a mi espalda, mientras avanzo, se yergue, majestuoso, y que no es otro que la Peña Foratata (2.321 m) , con sus más de dos mil metros de altitud, a estas horas iluminada en su blanquecina roca por el incipiente sol de la mañana. Daros la vuelta para verlo, no os lo podéis perder.

Altiva y majestuosa ,en lo alto, Peña Foratata

Pero no sólo hay que mirar a lo alto, también en el suelo del camino nos podemos encontrar con vida. En este caso, veo una babosa Arion Alter. Esta babosa, tan típica del ambiente pirenaico, tiene un nombre curioso y un tanto mitológico; Arion: del griego «Arion», el caballo alado que se creía descendiente de Poseidón y Démeter. Ater, del latín «Ater, atra, atrum», cuyo significado es negro u oscuro.

Una babosa negra. ¡Hay que tener cuidado de no pisarlas!

Os cuento algo sobre ella. Conocida vulgarmente como la babosa negra, es un molusco gasterópodo sin concha, al contrario que su pariente, los caracoles. Se la encuentra en los bosques montanos, entre la hojarasca, alimentándose de plantas, hongos, y materia orgánica en descomposición; siendo más activa por la noche y en días húmedos y lluviosos.

Son hermafroditas con reproducción cruzada. Su puesta, es de entre 20 y 50 huevos que deposita en grietas, bajo piedras o entre madera en descomposición; eclosionando en 6 semanas. Pueden alcanzar un tamaño de más de 15 cm.

Junto a la babosa, en un lateral de la senda, también hay plantas y flores. Veo una Dedalera Blanca ó Digitalis purpúrea alba, que es una variedad blanca de la flor habitualmente rosácea, pero igualmente venenosa y mortal para cualquier animal que la ingiera. ¡Si lleváis perro no dejéis que la mordisquee o la coma!

La engañosa y mortal Digitalis blanca

El desfiladero del río Aguas Limpias

En la anterior caminata al ibón de Respomuso, pude hacer alguna foto de esta zona, pero el sol daba más de pleno y no permitía apreciar con claridad la gran pared de roca y el precipicio que se extiende a un lado de la senda. Ahora, con una luz más amable, os lo muestro.

Cortados sobre el río Aguas Limpias, bajo la senda
Laderas totalmente cubiertas de hojarasca que de caer por ellas, irías directo al río que está más abajo

El bosque de hayas de la Soba y La Laña

Es temprano, voy solo, y el único rumor que escucho es el del agua que discurre por el río. Estos momentos de paz y tranquilidad no tienen precio, siempre lo diré. Te fusionas con la naturaleza, dejando que los sentidos se empapen de todo lo que te rodea, los olores del bosque, los sonidos, los colores, las formas…atravesar las Selvas y bosques de hayas es todo un privilegio para los que venimos de la gran ciudad.

Sigo el GR 11 con sus características marcas blancas y rojas por la Selva de la Soba

El camino es muy cómodo, plano y limpio de piedras lo que te permite, sin preocuparte demasiado por los obstáculos, disfrutar de los saltos de agua que se crean abajo, en el río Aguas Limpias.

Y si te fijas con atención, de las paredes que están a mano izquierda, mientras progresas por la senda, surgen pequeñas cascadas y saltos de agua de los torrentes que bajan desde más arriba, lo que hace verdaderamente agradable venir por aquí, no sólo porque podrás disfrutar con su contemplación, sino porque, sobre todo en verano, podrás refrescarte y aliviar el calor.

Todo el verdor y el agua que nos acompañan en este tramo lo hacen verdaderamente bonito y merecedor de una visita. La verdad es que la caminata se me está haciendo muy agradable.

De todas formas tampoco se puede ir totalmente relajado porque algunos tramos de la senda, a la derecha, en el sentido de la marcha, están un poco más expuestas, pero si vas con cuidado y siguiendo el camino, no hay nada que temer.

Algunas zonas están algo más expuestas, es mejor mantenerse en la senda

Pero eso no significa que no podamos fijarnos en ciertos detalles. Abajo, en el cauce, grandes rocas han quedado atascadas, vestigios quizás de otros tiempos, cuando el río Aguas Limpias no estaba domesticado por el embalse del Ibón de Respomuso y las avenidas eran mucho más potentes y devastadoras, arrastrando grandes bloques y dejándolos varados por doquier.

Bloques de grandes rocas en el cauce

Otras veces el río se concentra en un punto, y toda el agua pasa por una estrecha hendidura en la roca, que al caer, forma una poza, para a continuación seguir su camino.

Pequeñas pozas y cascadas

El Paso del Onso

Poco a poco, me voy acercando al Paso del Onso, o del oso. Ya os hablé de él la última vez que pasé por aquí camino de Respomuso (entrada del blog donde aparece).

Me acerco al Paso del Onso, a la derecha, abajo, el cauce del río Aguas Limpias

Desde una curva del camino, se puede ver el río en alguno de sus tramos más rectilíneos y apreciar las paredes rocosas de los lados, y hacernos una idea de la altura a la que discurre la senda por la que voy.

El río Aguas Limpias y sus cortados a ambos lados

Pronto me encuentro con los torrentes, con el suelo empapado, y con la roca mojada. Es un tramo de senda excavado en la roca, que tiene una sirga sujeta a la pared para ayudar a pasar sobre todo en invierno, cuando se forma hielo y hay abundante nieve, pero que no viene nada mal en verano para evitar caídas en algún punto concreto, pues los torrentes, que resbalan como una cortina de agua por la roca, dejan embarrados y casi continuamente mojados algunos tramos del camino, y… peligrosamente resbaladizos.

Aconsejo agarrarse a la sirga, te ahorrarás algún posible trompazo. Os aseguro que a pesar de llevar buenas suelas en las botas de montaña, en algunos puntos resbala muchísimo.

Suelo muy resbaladizo en algún punto
Paredes bañadas por pequeños torrentes
Sirga salvadora en este punto (buena ayuda)

Siguiendo la GR 11, voy cruzando este paso. Una endeble -literalmente- barandilla, a mi derecha, hace de quitamiedos solamente, porque si se tratase de parar una caída en toda regla, estoy seguro de que no lo conseguiría.

Pintura de la GR 11 y barandilla quitamiedos en el Paso del Onso

Tan débil será la protección que una clara advertencia en forma de cartel pide que no se apoye nadie sobre la misma.

En español, francés e inglés, por si quedaba alguna duda, no te apoyes ahí
Bonito y sombrío Paso del Onso que voy completando

Son las 8:26 horas de esta mañana de agosto, y el sol ya comienza a iluminar la ladera oeste del macizo que tengo enfrente. Llevo una hora caminando y disfrutando con tranquilidad del entorno, sin prisa pero sin pausa.

Los primeros rayos del sol

Sigo deleitándome con el sonido del agua y disfrutando de las vistas y pequeñas cascadas y saltos que me regala el río en su descenso hacia el valle.

Relajantes pozas y cascadas del río Aguas Limpias
La senda siempre por encima del río

Poco a poco, voy notando como el camino desciende hacia el río, abandonando los cortados. Estoy dejando atrás la parte más agreste del Paso del Onso. Pronto vislumbraré el Llano Cheto.

Poco a poco las paredes de roca se van haciendo más bajas hasta desaparecer casi por completo
El río casi está a nivel de la senda por este tramo

El Llano Cheto

Me aproximo al Llano Cheto, aunque realmente es una zona más bien despejada, la senda transcurre por otro precioso bosque de hayas que hay junto al llano, que queda a la derecha. Este pequeño tramo de bosque es también un alivio para los días de verano. Árboles singulares se cruzan en mi camino, como un haya con las ramas extendidas que a mí me recuerda a un pulpo.

Precioso bosque de hayas
Árboles de muchas formas que crean espacios que invitan al descanso

Y a mi derecha, el Llano Cheto (1.758 metros de altitud). Despejado y plano, como su nombre indica. Los primeros rayos del sol del día todavía no han llegado hasta él totalmente, pero poco tardarán en hacerlo.

El Llano Cheto. Todavía a estas horas los rayos del sol iluminan las laderas más altas

Algunos cardos, con su característica flor morada, adornan las lindes del camino que por otra parte esta muy marcado en esta zona, y no tiene pérdida. Este es de la especie Centaura mayor.

Típico cardo de montaña

La cascada de Arriel

Y pronto diviso la cascada de Arriel, cuyas aguas vierten directamente del barranco de Arriel, por el que más adelante deberé pasar para llegar a los ibones. Queda a la izquierda de la senda. Cruzaré su cauce. El agua seguirá su curso a mi derecha hasta llegar al río Aguas Limpias.

Cascada de Arriel

Esta cascada me parece muy bella a estas horas. Disfruto con su contemplación. Le hago unas cuantas fotos que os dejo aquí para que también os deleitéis con su visión, y os hagáis una idea aproximada de como es este precioso salto de agua.

La cascada tiene como dos tramos diferenciados, el de arriba más bravío, con más pendiente, y el de abajo, más abierto, pero igual de bonito.

La senda llega a la altura de la cascada y la cruza en la zona en la que se ha convertido en un manso torrente. Pero igualmente hay que ir con cuidado pues es roca viva y está mojada en algunos tramos. Aunque no se alcanza a ver la parte alta de la cascada, creo que merece la pena hacerme aquí una foto con el trípode, pues así os hacéis una idea del lugar con las dimensiones a escala humana.

Zona en que la senda cruza la cascada-torrente de Arriel

Ya os lo conté en la entrada sobre Respomuso, otra curiosidad que me sigue maravillando es la forma de una pared de roca que se yergue sobre mi cabeza un poco después de pasar el tramo del torrente de Arriel y que parece cortada por un cuchillo cual trozo de mantequilla, tal es su perfil, plano y recto, sin salientes aparentes. Lo único que puedo pensar es que el glaciar que bajaba por aquí hace miles de años hizo a conciencia su trabajo.

La pared tiene una altura considerable sobre mi cabeza y es prácticamente plana

Desvío a los Ibones de Arriel

Y casi a las nueve de la mañana llego al desvío hacia los ibones de Arriel. Hasta ahora, el camino ha sido el mismo que para ir al embalse de Respomuso. De hecho, si habéis leído esa entrada veréis que algunas de las explicaciones y fotos son semejantes, aunque aquí lo he explicado de una forma más somera y en aquella entrada lo hice de forma más extensa, así que si lo queréis ver con más detalle os remito de nuevo a la misma.

Ahora lo que voy a relatar es todo nuevo y corresponde ya propiamente a la excursión hacia los Ibones o lagos glaciares de Arriel. Como pongo en la foto de debajo, no hay pérdida. En una roca hay varios carteles indicativos. La senda sube hacia la izquierda, abandonando el camino recto que nos llevaría hasta Respomuso, siguiendo el GR 11.

Desvío hacia los Ibones de Arriel
Carteles de todas clases indicando el desvío, no tiene pérdida
Se ve poco, pero en la madera pone Ibones de Arriel

Además de los carteles indicando que estamos a una hora y media de los ibones, hay una marca de fin de la GR 11 (una X con los colores rojo y blanco). La senda hacia los ibones sube ya con fuerza por un firme mucho más rudo que el que vengo pisando hasta ahora.

Inicio de la senda hacia los ibones y marca de fin de la GR 11

Poco a poco voy ganando altura sobre el Llano Cheto y la propia cascada de Arriel. Este camino se nota que está menos trillado. Es mucho más salvaje que lo que he recorrido hasta ahora.

Poco a poco voy subiendo por una senda mucho menos amable que la que me llevó hasta aquí

Un camino bonito, pero salvaje

Ahora sí que viene la montaña de verdad. La subida es importante, cada vez hay más desnivel y más rocas y piedras en punta asoman del suelo del camino. No hay marcas ni mojones de piedra que hagan de guía, simplemente hay que seguir la senda, que a veces se ve más marcada y otras no, por eso hay que ir atentos y con cierta intuición montañera.

Subida ya más pronunciada

Incluso me topo con algún paso en el que hay que trepar agarrándose a las rocas de los lados, más que por peligroso, por incómodo de superar. Pero nada que no se pueda hacer si estás acostumbrado.

Tramos estrechos de roca, la senda va por ahí

Como voy cargado, me doy cuenta de que a la derecha de la senda hay como una repisa plana de roca. La aprovecho y me evito el paso de roca en punta, más incómodo. Pero eso lo hago yo. Si vosotros preferís seguir la senda tal cual, perfecto, cada uno se adapta a lo que mejor le va. Tras ese paso improvisado, me vuelvo a incorporar al camino, un poco más arriba.

Repisa fuera de senda que aprovecho para pasar este tramo

Cada vez esto se pone más empinado, y desde luego como podéis ver por las fotos, más salvaje. Pero nada que no se pueda superar tranquilamente si estás habituado a caminar por la alta montaña. Todo se limitará en algún caso puntual a alguna sencilla trepada.

Senda preciosa y salvaje

Casi sin darme casi cuenta, he alcanzado una buena altura sobre el Llano Cheto, desde donde vengo. Como podéis ver en la foto de debajo, ya pega el sol allí. Llevaré unos escasos diez minutos de subida desde que tomé el desvío.

No se me está haciendo pesado ni mucho menos, al revés, me está gustando bastante porque es una zona mucho menos transitada y tranquila. Sigo solo por aquí, y es una gozada poder disfrutar de estos momentos de paz y tranquilidad en la montaña.

El Llano Cheto allá abajo. Todo eso llevo subido ya

Hay gente que te dirá : ¡no vayas solo al monte que es peligroso!. A ver, todo es relativo. Desde luego, me gusta ir acompañado, claro que sí, pero hay veces que los amigos no están disponibles, y, o te quedas en casa, o te vas. Yo lo tengo claro.

Hay una parte real de riesgo en las salidas en solitario, si te pasa algo, no tienes un apoyo inmediato en el compañero/s, pero si lo piensas, salvo por eso, también tiene su lado bueno el ir solo, vas a tu marcha, nadie te mete prisa, disfrutas cómo y dónde te da la gana, haces tus fotos parando , contemplas con pausa el entorno…la sensación de libertad es total.

Y si queréis que os diga la verdad, también se miden las fuerzas y las opciones de éxito al preparar la excursión de otra forma, más a fondo, pues dependes de ti y sólo de ti. Me refiero a que salvo que te cruces con gente en el camino, cosa que en verano es más habitual, -con lo que la sensación de soledad es menor y hay más posibilidades de ayuda-, al saberte solo, preparas todo concienzudamente antes de la excursión.

El camino sigue hacia lo alto, a veces no muy definido

Nunca he realizado una caminata sin prepararla con cuidado. Miro todo con anterioridad, las fotos del satélite, el tiempo atmosférico que hará – esto es fundamental- las zonas de cobertura móvil que encontraré, o no, -tengo la precaución de llevarlo siempre a tope de batería-, miro los mapas y rutas en internet de gente que lo ha hecho antes que yo… , en fin, se prepara todo bien.

Y sobre todo, vas con extremo cuidado, y sabes que llegarás hasta donde llegues, no hay que marcarse metas imposibles, no hay que demostrar nada, hay que medir las fuerzas de cada uno y saber renunciar en su caso. La montaña no se va a ir a ningún sitio. Puedes volver otro día que seguro que seguirá ahí.

Y si llegas al objetivo, hay que calcular la vuelta, ya que mucha gente no piensa en el regreso. Puede que estés cansado, la luz cambia, el camino a veces parece otro, y en verano sobre todo y en el Pirineo, las tormentas suelen ser vespertinas, a partir de las 17 horas más o menos. Hay que calcular bien todo para no pasarlo mal. Aquí se viene a disfrutar, pero con cuidado. La montaña es una cosa muy seria y no se puede menospreciar.

Pues después de esta pequeña reflexión os sigo contando. Continúo subiendo y veo que hay tramos que no están muy claros, pero se intuye la senda, así que al final siempre acabas recorriéndola sin problemas. Igual que veo el Llano Cheto abajo, veo también la cascada de Arriel. ¡Qué pequeña parece desde aquí!. Con el zoom acerco la imagen y veo la senda que la cruza, por la roca mojada, hacia Respomuso.

Cascada de Arriel allá abajo
Zoom sobre la cascada donde se aprecia la senda a la derecha, sobre la roca

Hasta ahora no hago más que subir y subir, y no hay señales que me ayuden a progresar salvo la propia marca del camino dejada por los montañeros que me han precedido.

Buscando las zonas más cómodas de subir
Ruta salvaje, piedra suelta y en punta a veces

Y por fin, veo un montón de piedras apiladas. Es una señal indicándome que voy por la ruta correcta. Es la primera que veo. No me extraña que la hayan colocado, pues la senda a veces es un tanto confusa, aunque como he dicho antes, si estáis acostumbrados a caminar por estos entornos no tendréis ningún problema en seguirla aunque no hubiera ninguna marca.

Primer hito de piedras que veo
Picos que veo a mi izquierda mientras asciendo

Llevo poco más de quince minutos subiendo cuando ya noto que he llegado a una zona en la que el ascenso es menos pronunciado y puedo ver unos murallones al frente que son los montes que cierran el barranco de Arriel por el oeste.

Veo al frente los picos que cierran el barranco por el oeste

De todas formas aún me queda recorrido hasta alcanzar el barranco, pero no debe ser mucho más. El camino es muy agreste pero muy agradable y no es excesivamente duro, ni por la pendiente ni por el firme.

A veces hay que saltar un árbol caído o remojarte las suelas por el barro de algún pequeño torrente que contribuye a desdibujar un poco la senda, sobre todo cuando se interna en zona más salvaje y boscosa.

Algún árbol caído hay que saltar para continuar
La senda sigue a veces el trazado de un pequeño torrente y se interna en zona con vegetación espesa

Tengo la sensación de que pronto abandonaré la visión del Llano Cheto, abajo a mi izquierda, y antes de perderlo de vista le hago una foto donde puedo contemplar ya totalmente iluminados por el sol los picos del fondo. Se observan el Ministirio (2.181 m), el Moncalbós (2.326 m) y el Pic de Soqués (2.716 m).

Picos que puedo ver en el horizonte más o menos cercano

Sigo caminando y paso por encima de más árboles caídos. La senda sigue siendo aquí un poco confusa, y está mal definida en algunos tramos, pero esos mismos tramos enlazan más adelante con zonas más pisadas, con lo que simplemente, hay que ir buscándolas y continuar. No te puedes perder si vas mínimamente atento.

Más troncos caídos que dificultan el paso
Árboles tumbados y retorcidos vestigios de tal vez avalanchas invernales
Hay que seguir los tramos más pisados y no hay pérdida

Llegada al barranco de Arriel

Son las nueve y veinticinco y ya he llegado al barranco de Arriel. Estaré a unos 1.879 m sobre el nivel del mar. Ya dejo la zona de bosque por la que he transitado y ahora sólo tengo que continuar por la margen derecha un rato y antes de llegar a una cascada, cruzar el torrente para pasar a la margen izquierda.

Hay que continuar por donde os marco en la foto aproximadamente

La senda va descendiendo casi hasta el nivel del torrente, y a mi izquierda, un poco abajo, puedo ver algún pequeño salto de agua. Este terreno ya se puede catalogar como de alta montaña, requiere de cierta pericia al caminar y también saber orientarse, pues hay veces que el sendero desaparece entre las rocas.

Torrente del barranco de Arriel

De repente oigo voces y me topo con un grupo de montañeros que me preceden. Ya no estoy solo. Me van a venir muy bien para fijarme por donde cruzan y seguirlos yo. De no haberlos encontrado igual hubiera cruzado, pero siempre viene bien ver lo que hacen otros.

Se nota que voy por un barranco, porque está todo lleno de grandes piedras y no es fácil progresar. Resulta un tanto incómodo. Hay que ir atento para no pisar en falso y tener un percance que de al traste con la caminata.

Grupo de montañeros que me preceden y vista del pedregoso barranco

Aquí el camino se hace muy confuso de nuevo y muy antipático de pisar. En las fotos os voy poniendo en amarillo la ruta que seguiré, pero también os marco con círculos las señales y marcas de dirección que voy viendo. Hay algunas que se parecen a las del GR 11 medio borradas. Pero no lo son. Es un fondo blanco atravesado por una raya roja.

Entre las piedras y la vegetación, marcas que parecen a las del GR 11 pero no lo son

Al final veo que los excursionistas que me preceden toman un camino diferente, no me van a servir para fijarme, así que opto por seguir las marcas. En breve me encuentro cruzando el pedregoso barranco mucho antes de llegar a la altura de una cascada que quedará, cuando termine de pasar, a mi derecha.

Cruzando el barranco

No hay que mojarse las botas, al menos en esta época del año. Otra cosa sería si bajara el torrente más crecido. Ahora con seguir las señales y saltar de roca en roca es suficiente. Los bastones me sirven de gran ayuda. Son mis compañeros fieles siempre que voy al monte. Nunca salgo sin ellos. Me han evitado más de un susto y alguna torcedura en más de una ocasión.

Pasando el torrente . Se ven algunas marcas

Ya estoy en la margen izquierda -en el sentido de la marcha ascendente- y veo algunos hitos de piedras. Sigo más o menos por dónde indican, aunque al ser un terreno más o menos despejado de vegetación, voy escogiendo lo que mejor me parece.

Aquí los hitos no aclaran mucho la dirección, hay desperdigados varios por doquier de forma un tanto aleatoria

Ahora veo la cascada a mi derecha, al otro lado, más cerca. Tendré que continuar hacia adelante, y subir por lo que parece un extenso canchal. Espero que la zona de gleras no sea muy penosa de superar, aunque casi todas lo son.

Algún hito, cascada a la derecha, y al frente lo que parece la ladera de una gran canchal
Iré por ahí
Bonita cascada del barranco de Arriel, quizás baje con más caudal en la primavera

Subiendo el canchal

Voy avanzando hacia el canchal y atravesando ya tramos de piedras y rocas. Veo algunos hitos que me confirman que voy por buen camino. Entre tanta roca suelta hay que saber distinguirlos, porque el sendero está algo difuminado y los hitos desperdigados por doquier. Me esperan unos 200 metros de desnivel positivo, realizando lazadas ascendentes por el canchal.

Hitos indicativos no siempre fáciles de ver

Mientras progreso por aquí, a mi izquierda, y al fondo del todo, distingo dos picos, el Somola Alta (2.650 m) y Punta Escarra (2.748 m), bien en punta, como su nombre indica.

Somola Alta (2.650 m) y Punta Escarra (2.748 m)

Me doy la vuelta, y mirando hacia atrás, hago una foto para que os hagáis una idea del terreno por el que voy subiendo…todo piedras. Se hace un tanto pesado, pero afortunadamente por aquí ahora da la sombra por la hora del día en la que subo, bastante temprano. Ya veremos al regreso si no se hace muy caluroso, aunque con gorra y bien hidratado no debería haber problema.

Atravesando la zona de canchal, ahora en sombra
Veo alguna que otra marca de pintura y un hito de piedras encima

Pronto marchare´ hacia la derecha, bordeando un pequeño bosquecillo a un lado y dejando los murallones al otro. Siempre por terreno pedregoso como se puede ver. Esta excursión no es difícil pero hay que estar acostumbrado a caminar por este tipo de terreno o se te hará un poco penoso.

Seguiré hacia una zona de árboles que dejaré a mi derecha
Noto que pronto terminará esta extensa pedrera pues al fondo a la derecha veo un estrechamiento por donde pasaré

Otra mirada atrás. Veo gente que viene tras de mí. Creo que les estoy sirviendo de guía pues siguen mis pasos. Espero no errar el camino. En la foto de debajo se ve de donde vengo. La zona en sombra junto a la que pega el sol, a la izquierda.

Fin del canchal: el estrechamiento del barranco de Arriel

Ahora tendré que seguir hasta pasar por debajo de un peñasco donde se estrecha el vallecillo en forma de marcada V, que es como una especie de paso, tal y como os lo marco en la foto y que debería coincidir con la entrada a la cuenca superior de los ibones de Arriel. Estoy en el punto más elevado de la pedrera. Deberé seguir con cuidado la senda para no despistarme.

Tengo que llegar hasta el peñasco del fondo y pasar bajo él
El terreno no mejora demasiado, y sigue habiendo gran cantidad de piedras

Pero siempre hay tiempo para fijarse en lo que te rodea, y esta vez veo una bonita flor amarilla y una mariposa sobre ella. Es una montañesa friso gemela (Erebia rondoui). Vive en pastos pedregosos ricos en gramíneas, y es endémica de esta zona. Aparece en junio, julio y agosto. La flor es una falsa árnica (Doronicum grandiflorum). Asterácea de flores solitarias y grandes, crece en canchales, glaciares y prados pedregosos de alta montaña en julio, agosto y septiembre.

Erebia rondoui sobre Doronicum grandiflorum

Cada vez veo más cerca el peñasco y la especie de estrechamiento que dejaré a mi derecha en breve.

Me cruzo con algún montañero que va en descenso, lo que me confirma que sigo yendo por buen camino. El estrechamiento, cada vez más cerca.

Hacia la zona más estrecha del barranco voy

A un lado del camino veo un grupo de Hipérico (Hypericum maculatum) , una hierba con aceites esenciales.

Hypericum maculatum

También veo una flor del cardo, sobre el que está libando un abejorro (Bombus terrestris), es bastante común, con culo blanco distintivo. Es muy buen polinizador. Este que fotografío parece que ha sufrido algún tipo de ataque o percance pues le faltan trozos de las alas.

Bombus terrestris
Le faltan algunos trozos de las alas

De nuevo echo la vista hacia atrás y veo el gran canchal que acabo de atravesar. Pero también tengo una visión de conjunto de las cimas del horizonte lejano. Con el zoom las acerco.

Canchal que acabo de atravesar

A la izquierda de la imagen, y con el zoom, veo la Sierra de Partacua, que aloja a sus pies el ibón de Piedrafita, y cuyo pico más prominente, Peña Telera (2.764 m) se ve desde aquí. También, en un plano más cercano, a la derecha, sobre el pantano de Lanuza y el pueblo de Sallent de Gállego, Peña Foratata (2.331 m).

Peña Telera (2.764 m) y Peña Foratata (2.331 m)

Y más lejanos todavía, pero igualmente visibles, un conjunto de picos de los cuales quizás los más conocidos sean Punta Escarra (2.748 m) y Collarada (2.886 m), el más alto de todos.

Conjunto de picos lejanos

Ya estoy bajo el peñasco y me vuelvo a girar. A mi izquierda, en sombra, el barranco que se estrecha. Al frente, el inmenso canchal. Y en amarillo, la senda por la que he subido.

De nuevo una vista atrás para que os hagáis idea

Ahora voy avanzando y el estrechamiento se hace más pronunciado. Voy por la ladera del lado izquierdo, a mi derecha, la pared de roca de enfrente, en sombra, y entre ambas laderas, abajo, el torrente.

Aquí la senda tampoco es especialmente cómoda. Mucha piedra suelta, camino mal definido, caída a la derecha, no mucha altura, pero un resbalón podría acarrear dolorosas consecuencias. Hay que ir muy atento. Estoy en alta montaña, aquí cualquier despiste puede ser fatal.

Continúo entre piedras por la poco clara senda

Llegada al Ibonet de Arriel y la majada de los Arrieles

Son las diez horas y veinte minutos y he llegado hasta la parte más alta del estrechamiento que da acceso a la cuenca de los ibones de Arriel. Me alegro al comprobar que voy en el horario previsto y eso que me lo tomo con tranquilidad, haciendo mis fotos.

Me parece ver al fondo una estructura construida por el hombre. Efectivamente, es un pequeño muro de contención del agua de una pequeña laguna o charca que a primera vista puede parecer el ibón inferior de Arriel, pero ni mucho menos, es sólo eso, una gran charca a la que llaman el ibonet de Arriel, Sea ibón, o charca, el caso es que es un preludio de lo que pronto encontraré.

Al llegar arriba, veo al fondo un murete a modo de presa

Ya más de cerca, y a medida que me voy aproximando, el muro se deja ver claramente. Una vez allí, en lo que llaman la majada de los Arrieles, sigo la senda que deja la presilla a mano derecha. Al fondo, en el horizonte, veo claramente la imponente figura del gigante de la zona, el pico Balaitus o Pico Os Moros (3.144 m) y su gran diagonal, y a la derecha, los picos de las Frondiellas (3.071 m).

Presilla del ibonet de Arriel y al fondo, el imponente Balaitus
Dejo la pequeña presa del ibonet a un lado

Ahora deberé continuar por la orilla izquierda de la gran charca o ibonet e internarme por el paso que se ve al fondo de la foto, hacia el ibón inferior de Arriel.

El agua es tan pura y clara que parece cristal. Y bajo ella se ven pequeños pececillos que bien pudieran ser por su aspecto Bermejuelas (Chondostoma arcasii), especie pequeña, escasa y amenazada, de lagos y ríos de montaña, donde se asocia a menudo con la trucha.

Chondostoma arcasii

Echo la vista atrás y la charca casi parece un pequeño laguito en toda regla, dadas sus dimensiones. Veo el estrechamiento desde donde he venido. Hasta aquí se puede llegar también desde el refugio de Respomuso, por un sendero que sigue el trazado de una tubería subterránea que lleva agua desde los Ibones de Arriel al de Respomuso. A la vuelta os lo enseñaré con más detalle.

Por ahí he venido, por el estrechamiento del fondo

Después de la gran charca, sobre una roca, han construido a base de piedras, un gran hito que destaca en este lugar. Es admirable lo grande que es, y lo bien que se mantiene erguido sin desmoronarse. A saber quién lo habrá hecho y cuánto tiempo llevará ahí. Su significado no sé cual será. Quizás algún tipo de señal, o mero divertimento de alguien que se dedicó a hacerlo, vete a saber.

Gran hito de piedras en la majada de Arriel, junto al ibonet
Miro hacia atrás y me despido de la singular construcción pétrea

Sigo avanzando por una planicie, y tendré que seguir hacia el fondo a la izquierda, junto a la pared de roca. A mi derecha, el camino para ir al embalse y refugio de Respomuso y que sigue el trazado de la antigua tubería.

Continúo hacia los ibones dejando a la derecha el desvío a Respomuso

De nuevo más canchales, pero esta vez el tramo a recorrer es corto. Tengo que internarme por un segundo estrechamiento de nuevo, dejando a mi derecha el torrente de Arriel, que forma una pequeña cascada al salir del embudo que forman las dos paredes de roca. Para cruzarlo, paso por encima de una presa construida con piedra seca (sin argamasa ni ningún material que las una).Los ibones tienen que estar ya muy cerca.

Ruta hacia un nuevo estrechamiento cruzando el torrente de Arriel por encima de una presa de piedra seca
Precioso y refrescante salto de agua que forma el torrente a la salida del embudo

Ahora la senda va cruzando el pequeño desfiladero con el torrente a su derecha. De un momento a otro, llegaré a los ibones.

Hacia los ibones de Arriel ya en el último tramo

Los ibones de Arriel

Son las 10:30 horas y veo la cuenca de los ibones. Llevo justo la hora y media que indicaban en el cartel abajo en el desvío y ya estoy aquí. Me está encantando la excursión por el momento. Desde luego muy recomendable. El entorno es magnífico, y tienes en todo momento la sensación de estar moviéndote por terreno de alta montaña, como efectivamente así es.

Tramo final justo antes de los ibones

Y finalmente, la imagen que se presenta ante mis ojos sobrecoge por su belleza, llego al ibón inferior de Arriel. Sobre la cubeta, al fondo en el horizonte, uno de los grandes tresmiles pirenaicos, el Balaitus (3.144 m), Punta de la Barana (2.705 m), y el pico francés como el Sommet de Batcrav`ere (2.707 m).

Ahora deberé rodear el ibón inferior por la orilla derecha, tal y como os marco en la foto de debajo y continuar hacia el superior. Pero todavía las vistas me guardan una gran sorpresa a medida que recorra la senda junto al ibón.

Debo seguir por la ruta en amarillo, bordeando el ibón. Al fondo los picos que se contemplan desde aquí

Y la sorpresa es que ahora aparece a la izquierda, majestuoso, el pico Palas (2.974 m) un tres mil por los pelos. Su cima marca no sólo la frontera política entre Francia y España sino que separa los departamentos franceses de Pyrénées-Atlantiques y Hautes-Pyrénnées. Es la primera cumbre de los Pirineos viniendo desde el océano atlántico, en superar los 2.900 metros.

Los antiguos glaciares del cuaternario pulieron sus paredes de granito grisáceo oscuro, dejando tres caras abruptas bien visibles, y los hielos dieron lugar también a la abundancia de lagos de origen glaciar o ibones, que podemos encontrar en las tres vertientes del Palas.

Pico Palas (2.974 m)

Es imposible no parar a hacerse la foto de rigor en este entorno tan especial. Para esto he cargado con el trípode todo el camino. Junto a mí, se puede ver el sendero que va rodeando el ibón inferior, muy trillado y cómodo. Todo es paz y tranquilidad, no hay aquí absolutamente nadie, hasta que….

Foto junto al bonito ibón inferior de Arriel con el imponente telón de fondo del pico Palas

En el horizonte, un puntito en el cielo llama mi atención. Y no sólo se ve. También se oye. ¿Qué será?. Parece un helicóptero. ¿Habrá pasado algo? ¿Es del Grupo Greim de la Guardia Civil de montaña?. Pronto saldré de dudas.

Pequeño punto junto al pico Palas en el cielo, es un helicóptero, pero ¿de quién y qué hace ahí?

Con el zoom le hago unas tomas, y así lo veo más de cerca. Español del Greim no puede ser porque los de la Guardia Civil son verdes y este es azul y blanco. Tiene que ser francés. De echo está merodeando el Sommet de Batcrav`ere (2.707 m) y las proximidades del Palas. Lo que no sé si es civil, o es de los Cuerpos de Seguridad franceses, más bien creo que será de éstos últimos.

En un momento determinado, alguien se descuelga del helicóptero en una especie de asiento. El aparato me muestra claramente el costado y lleva escrita la palabra Gendarmerie y los colores del ejército francés, igual que los aviones del Ejército del Aire de este país vecino.

Descolgándose del helicóptero…

No sé si estarán rescatando a alguien o serán unos ejercicios, pero puedo asegurar que el sonido del helicóptero es ensordecedor y retumba como si fueran truenos y rayos en estos parajes. Por un lado es curioso ver como evoluciona por aquí, pero por otro, me está fastidiando la calma tan ansiada, que es también lo que vengo a buscar cuando voy a la montaña.

Una vez termine de rodear el ibón, deberé seguir caminando hacia el horizonte, y luego desplazarme pegado a la pared de un murallón, tal y como os marco en la foto de debajo.

Salida del ibón inferior hacia el superior

Con el zoom, acerco lo que parece otra estructura construida por el hombre. Es un muro de contención a modo de pequeña presa que embalsa el ibón superior. Sus forma rectilínea lo delata en medio del irregular paisaje pétreo. Hasta allí tengo que llegar.

Presa que embalsa el agua del ibón superior

A mi izquierda, mientras voy rodeando el ibón inferior, veo el Pico de Arriel (2.824 m), que da nombre a sus ibones. Presenta un poderoso perfil y su cumbre afilada apunta al cielo que aquí y ahora tiene un precioso color azul. Las previsiones para hoy en esta zona eran buenas y se están cumpliendo. Yo en cuestiones meteorológicas miro AEMET (Agencia Estatal de Metereología) y casi siempre aciertan.

PIco de Arriel sobre el ibón inferior a sus pies

Cruce hacia el ibón superior de Arriel

Una vez que he terminado de rodear el ibón inferior, tengo que cruzar el torrente que los une para alcanzar la senda que me permitirá acceder al superior. Hay una hilera de piedras formando un paso, así que se supera sin problemas.

Paso a base de piedras para cruzar el torrente que une los ibones
La senda, al frente, bien definida, nada más cruzar
Miro a mi izquierda mientas cruzo y veo el ibón inferior

Sobre una roca , un pajarillo canta alegre. Le puedo hacer una foto. Parece un gorrión alpino, que es propio de estos ambientes.

Gorrión alpino

La senda, con el pico Palas siempre al fondo, rodea el peñasco al que me refería antes, gira hacia la izquierda para luego subir la ladera de nuevo. Ya no se escucha el helicóptero. ¡Qué bien! volvió la paz.

Se rodea el peñasco y luego se gira a la izquierda

¿Ibón medio de Arriel?

A medida que voy subiendo, obtengo una perspectiva más amplia del entorno. Resulta que veo una masa de agua un poco antes del ibón inferior. ¿Es otro ibón? porque desde luego, el superior no es porque no he llegado todavía, y el inferior, por el que acabo de pasar, tampoco. Parecería un ibón «medio» entre ambos. No sé si lo será, pero nunca he oído hablar de ningún ibón «medio», así que pienso que es un pequeño lago de transición entre ambos ibones que embalsa momentáneamente el agua que vierte el torrente que discurre del superior al inferior.

Desde aquí veo lo que parecería un ibón medio de Arriel, pero es sólo un embalse natural de transición

Sigo progresando y mirando a lo alto, y a la derecha de mi posición, veo el muro de contención. Tras él, tiene que estar el ibón superior. Ya queda menos. Justo frente a mí, el puntiagudo y esbelto pico de Arriel.

Arriba a la derecha, muro que represa el ibón superior de Arriel y justo enfrente , el Pico de Arriel

Y mirando hacia abajo, veo la senda por la que he venido (en el centro de la foto que pongo debajo) y que cruza el torrente que une el lago intermedio (a la izquierda) con el ibón inferior (a la derecha).

Senda por la que he venido claramente visible en el centro
Vista de la senda bordeando el ibón inferior de Arriel por la zona de sombra
Especie de pequeño ibón medio o laguna de transición

Sigo subiendo y el camino está salpicado ahora de piedras rojizas. Hay algo de pendiente pero cada vez veo más y más cerca la presa del superior. Ya he visto rocas de color rosáceo-rojizo intenso, más coloreadas que éstas, en el entorno del Anayet y en otras zonas del Pirineo en otras excursiones.

Rocas enrojecidas en una parte de la ladera que cruza la senda

Por lo general, suele pensarse que el enrojecimiento fue causado más o menos recientemente, entendiendo que «reciente» desde el punto de vista geológico supondría unos cuantos millones de años atrás. El color lo habría originado el hierro presente en las rocas, que al reaccionar con el aire, se oxida y adquiere ese tono, al igual que ocurriría hoy en día con cualquier artilugio no protegido contra la oxidación.

Pero los últimos estudios sitúan este fenómeno en la escala del tiempo mucho más atrás, en el Triásico Tardío, hace más de 200 millones de años, cuando algunas rocas se oxidaron y adquirieron un color rojizo a causa de la hematita presente en su composición.

El ibón superior, cada vez más cerca, sólo queda superar la pequeña pendiente y habré llegado

Casi estoy arriba y me apetece hacerme una foto con el «ibón medio» que queda a mi espalda – para mí ya va a llamarse así- y las imponentes montañas del fondo.

Ibón «medio» aunque no lo sea realmente yo lo llamaré así

Llegada al ibón superior de Arriel (2.238 m)

Son las 11:20 horas y he llegado al ibón superior de Arriel. Sobre el agua, el Sommet de Batcrav`ere (2.707 m) a la derecha, y a la izquierda el PIco Palas (2.969 m). Entre ambos, el Puerto de Lavedan.

Precioso ibón superior de Arriel con un marco insuperable
Imponente masa de granito gris del Pico Palas
Foto con el Pico Arriel de fondo y el ibón superior que lleva su nombre
El Sommet de Batcrav`ere (2.707 m) en una toma más cercana
De un transparente y cristalino color azul el agua de este ibón superior de Arriel

Desde las proximidades del ibón superior de Arriel (2.238 m), veo 68 metros más abajo, el inferior (2.170 m) y el pequeño lago intermedio. Una visión que me permite imaginar lo que podía ser hace miles de años la antigua cubeta creada por el glaciar.

Visión en altura del ibón inferior de Arriel
El Pico Arriel
El ibón inferior y el encajonamiento que servía de desagüe del antiguo lago que seguro era mucho más potente que el actual
Vetas en el pulido granito gris del Palas
Primer plano de la altiva aguja del Pico Arriel

Una vez que he llegado a la presa del ibón superior, busco un sitio tranquilo para comer algo y reponer fuerzas. Me doy cuenta que podría alargar la excursión y rodear todo el perímetro del ibón pues se extiende hacia la zona bajo el pico Palas, pero yo creo que por hoy, ya he cumplido mi objetivo y no tengo ganas de seguir explorando…son las 11: 45 horas. Ahora toca descansar un poco y deleitarme con el entorno antes de emprender el regreso.

Después de comer tranquilamente decido hacerme una foto de despedida de este maravilloso paisaje y la hago desde un montículo cercano al agua en el que he estado sentado un buen rato y que está unos cuantos metros por encima del nivel de la presa. Es un lugar que me parce muy bonito y lo voy a inmortalizar. La sensación que tengo ahora mismo es de satisfacción total con la excursión de hoy, me está encantando y estoy disfrutando mucho.

Rincón precioso en el que decido hacerme una foto

Y de repente…otra vez «el ruido«

Yo pensaba que era el único humano por estos lares, disfrutando del silencio y la paz de la montaña, pero me equivocaba. Sin previo aviso, escucho como arrancan los motores de un helicóptero…pero ¿dónde está? no lo veo por ningún lado.

De repente, observo como se eleva y aparece tras unas rocas en la zona más alejada del ibón superior. Debía estar posado ahí, oculto a mi vista. Ahora lo veo muy bien. Y viene hacia mí. Me pasa por encima. Tan cerca está que puedo ver perfectamente al piloto. Hace una pasada. Se va, vuelve, hace otra pasada. Me saludan, y yo respondo. Pero respondo bien, ahora os explicaré que quiero decir con esto. Les hago unas cuantas fotos con la cámara.

Ahora el helicóptero viene hacia mí muy bajo

Ahora que lo veo bien, lo puedo identificar. Es un Airbus, un Eurocopter EC145 (9035/JBF). Es un helicóptero utilitario medio bimotor de la Gendarmerie Nationale francesa que los utiliza desde el año 2006 para rescate en montaña. El EC145 puede transportar hasta nueve pasajeros junto a dos tripulantes, dependiendo de la configuración.

También se utiliza en España por algunas Comunidades Autónomas para servicios de emergencias sanitarias (Madrid, las dos Castillas, Cataluña, Canarias…). Incluso hay una versión militar el UH-72A Lakota para las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

Puedo ver al piloto…incluso los dedos de una mano apoyada en un asidero en la cabina

Algunas de sus características son: planta motriz: 2× turboeje Turbomeca Arriel 1E2, (sí habéis leído bien, marca Arriel ¿cómo es posible? se llama igual que el ibón y el pico Arriel… ¡qué casualidad!).El Turbomeca Arriel es un motor para helicópteros desarrollado por el fabricante francés Turbomeca en el año 1974. En cuanto a la longitud del aparato tiene 13 metros y puede levantar un peso máximo al despegue de 3585 kg.

Tras un par de pasadas sobre mí volando bajo, el helicóptero se aleja

Antes os decía que hay que saludar bien. Seguro que muchos de vosotros lo sabéis. Pero más de una vez se ha creado una situación complicada con los saludos efusivos a los helicópteros en la montaña, por eso hay que tener cuidado como se saluda. Existen unas señales internacionales de socorro. Si tú las haces mal sin saberlo, puedes crear una situación no deseada.

Tal y como os pongo en la foto de debajo, si haces una X es que algo va mal y necesitas ayuda, sobre todo médica. Si haces una V en el suelo con piedras o palos es lo mismo, necesidad de ayuda. Lo que sí sería correcto al saludar si no pasa nada, es levantar un brazo, estático, sin «aspavientos», lo que significa que estamos bien y no necesitamos ayuda.

Señales internacionales de socorro

El regreso a la Sarra

Pues ahora ya toca volver. Vuelvo a recorrer los mismos lugares, los mismos caminos, pero a la inversa. Es lo que pasa al hacer una travesía, y no una circular, pero es igual de bonito, sobre todo porque el paisaje cambia porque la luz también es otra.

Voy recorriendo por la senda la orilla del ibón inferior de Arriel, en la foto a la izquierda, y ahora veo dos personas que también van por ella.

Senda que orilla el ibón, ahora veo gente
Salida del estrechamiento hacia el canchal de esta mañana

Junto al torrente, sobre una piedra, veo otro pajarillo que no escapa a mi cámara. Esta vez es un Mirlo acuático (Cinclus-cinclus). Gran buceador vive en ríos y torrentes de montaña donde captura insectos bajo el agua. Vuela bajo y rápido.

Mirlo acuático (Cinclus-cinclus)

Sigo avanzando y echo una mirada atrás. Ahora el torrente está iluminado por el sol y la pequeña cascada se ve muy bonita.

Salida de la cuenca de los ibones

El desvío a Respomuso

Como os contaba antes, justo antes del ibonet, existe un sendero que si lo tomamos podemos llegar al refugio de Respomuso y a su embalse. EL sendero sigue el trazado de una tubería subterránea que lleva agua desde los Ibones de Arriel al de Respomuso. Debajo os pongo la foto de la piedra donde han pintado en rojo las marcas de dirección.

Indicaciones de dirección
A la izquierda se puede ver perfectamente el sendero que sube hacia Respomuso

Bajando hacia el barranco de Arriel

A la salida del estrechamiento ya veo de nuevo la ladera con el inmenso canchal. Alguna marca de dirección pintada en la piedra y 200 metros de desnivel que bajar hasta llegar de nuevo al barranco de Arriel.

Canchal a la vista, esta vez para bajar, totalmente iluminado por el sol

Sobre la bonita flor de un cardo, esta vez el Cardus Carlinifolius, una mariposa Apolo (Parnasiuss Apollo) liba tranquilamente bajo el sol el apetitoso néctar. Es una mariposa grande, los ocelos rojos son para despistar a los depredadores.

Apolo (Parnasiuss Apollo)

Es la una y media de la tarde. Y ya estoy a punto de alcanzar la altura de la cascada, en el barranco de Arriel. Veo montañeros que descienden como yo. Voy bien de hora, no quiero llegar muy tarde al coche y hacer prefiero hacer el descenso tranquilo.

Ya llego a la altura de la cascada

Una marmota alpina (Marmota marmota) muy territorial

Pero de pronto, escucho unos «chillidos» característicos. El que no ha oído a una marmota antes, podría confundirlo con el sonido de una rapaz, pero yo sé que es una marmota, aunque no la veo todavía. Emite fuertes chillidos para avisar a sus semejantes de nuestra presencia.

Este roedor, uno de los más grandes de Europa, es una especie endémica de los Alpes occidentales. Se cree que desapareció del Pirineo hace 15.000 años, hasta que a mediados del s.XX comenzó su introducción en el norte de la cordillera. Hoy en día está ampliamente distribuida.

A medida que voy bajando la glera, se la escucha más y más fuerte, retumbando entre las montañas, a modo de potente eco. Su intermitente chillido me acompaña durante un buen rato. Tengo que tratar de localizarla, a ver donde está esa marmota. Finalmente, a lo lejos, veo algo que se mueve bajo unos árboles. Con el zoom hago una foto a la zona y al ver el resultado…ahí está, sobre una gran roca bajo la sombra.

La marmota alpina, presente durante un buen rato…y bien que se hacía notar

Con el zoom a tope, sigo haciendo alguna foto más de cerca. En una de ellas veo los potentes dientes incisivos que son grandes y afilados, blancos en los  jóvenes, amarillos en los individuos de dos años de vida y rojos a partir de los tres, así que esta marmota es más bien joven.

Vigilando…
Potentes dientes

Recorriendo de nuevo el barranco de Arriel

Ya he llegado a la parte baja del canchal y estoy recorriendo el barranco de Arriel a la inversa de como lo hice a primera hora de la mañana. No hay una sola sombra, de ahí la importancia de la crema solar, gorra, dejar agua para la vuelta y no deshidratarse…en fin, los consejos habituales.

Cruzo el torrente del Arriel

No sé si es la luz, pero a estas horas Punta Escarra (2.748 m), me recuerda, salvando las distancias, al famoso Cervino, o Matterhorn de los Alpes.

Punta Escarra (2.748 m) a la luz de la tarde

Pronto veo ya el bosquecillo por el que me adentraré en cuanto la senda deje de ir más o menos paralela al torrente de Arriel y que descenderé hasta el desvío que tomé a los ibones.

Pronto entraré al bosquecillo y a bajar al GR 11

Antes de internarme entre la vegetación, me giro, y miro hacia atrás para despedirme de la zona. Una buena trepada me he pegado esta mañana, pienso, pero ha merecido la pena, y mucho.

Vista hacia atrás desde el inicio del barranco de Arriel

En el canchal noto que algo se mueve. Con el zoom le hago una foto. Son varios montañeros que progresan ahora penosamente haciendo lazadas por el abrupto terreno. Van muy lentos. Son las 13: 45 horas, justo con todo el calor, y es que hay gente que cuando se debería comenzar a bajar, suben, nunca lo entenderé, pero no es lo más recomendable.

Aún hay algún montañero que sube a estas horas. Van tremendamente despacio

Se acabó el barranco y ahora sí voy hacia la izquierda, a la zona de vegetación. Al frente, abajo estará el Llano Cheto esperándome.

Últimos tramos del torrente antes de internarme en el bosque

Bajando la senda hasta el desvío de los ibones

Ya voy de nuevo por el sendero salvaje, solo que ahora con mucha más luz y también calor, sólo mitigado a ratos cuando el camino pasa bajo los árboles.

De nuevo veo abajo la bonita cascada de Arriel, esta vez totalmente iluminada por la luz del sol.

Cascada de Arriel
Algún tramo con sombra, circunstancia que se agradece
De nuevo el Llano Cheto, abajo, ahora totalmente iluminado también por la luz del sol

Y en una roca, tomando el sol, un arácnido. Es una araña que no logro identificar. Tiene una parte de la primera pata izquierda seccionada. A saber que le habrá ocurrido. Ahí la dejo en su piedra y sigo mi camino.

Volviendo por el Llano Cheto y desandando el Paso del Onso

Ya llego al Llano Cheto y lo atravieso. Las marcas del GR 11 siempre presentes ya. Después vendrá de nuevo el Paso del Onso.

Llegando al Llano Cheto
Acercándome al Paso del Onso, con el río Aguas Limpias a mi izquierda

Veo otra mariposa. Esta vez es una Ninfa boscana (Limenitis camilla). Ligada a matorrales altos, bosques caducifolios y pinares montanos. De junio a septiembre se la puede ver.

Ninfa boscana (Limenitis camilla)
El ,a tramos, embarrado Paso del Onso

Ahora con esta luz, puedo ver el cauce del río Aguas Limpias mucho más claramente que esta mañana. La vista bien merece una foto.

Senda y río Aguas Limpias, abajo a la izquierda
Una de las cascadas del río

Son las 14:38 horas y dejo a un lado el desvío para ir al Pico de Arriel, no a los ibones, bien señalizado para que la gente no se confunda.

Desvío al Pico de Arriel

Atravesando las Selvas de Soba y La Laña hasta Tornalizas

Voy siguiendo las marcas blancas y rojas del GR.11, aunque si no estuvieran tampoco habría pérdida por lo claro del camino. Pronto atravesaré el bosque que forman las Selvas de Soba y La Laña. 

Hacia las Selvas del Soba y La Laña
Precioso bosque de Hayas en la Selva de Soba

Desde aquí, y con el zoom ya veo el embalse de La Sarra, donde tengo aparcado el coche. Ya queda menos para el fin de la excursión.

En la lejanía y con bastante zoom, el embalse de La Sarra y el muro de contención

Sobre otra flor del cardo, abundantes por esta zona como he podido comprobar, un bonito ejemplar de mariposa, parece una Zigena de seis puntos (Zygaena filipendulae). Como todos sus congéneres, son tóxicas tanto la oruga como el adulto, por los derivados de cianuro que tienen en la hemolinfa. La larva se alimenta de trébol. Es una mariposa preferentemente nocturna, aunque se la puede ver ocasionalmente también a la luz del día.

Zigena de seis puntos (Zygaena filipendulae)

Fin de la excursión: los llanos de Corralones y La Sarra

Con la Peña Foratata a la vista, alcanzo  los Llanos de Corralones. El río Aguas Limpias me acompañará ya durante todo el camino hasta llegar al embalse de la Sarra.

Falta muy poco estoy llegando a la altura del puente de Carlitos Royo

Y por fin, a las 15:20 horas de la tarde, llego al merendero y al aparcamiento junto al embalse donde tengo el coche. Comencé a las 7: 22 de la mañana, así que llevo 8 horas de excursión con paradas. No está mal.

Cruzando el último puente sobe el río y acceso al parking

El aparcamiento está a tope, hay gente bañándose en el río…nada que ver con lo que había cuando comencé la caminata.

Aparcamiento lleno

Bueno, pues ha sido una jornada muy especial para mí. Muy gratificante tanto mentalmente como físicamente. El recorrido precioso, y muy recomendable. Estos paisajes y lugares de ensueño están al alcance de todos siempre que se tenga una mínima forma física y cierta experiencia montañera. No dejéis de venir. Espero que os haya gustado la entrada y hasta la próxima. ¡ Nos vemos en el blog!. Hasta pronto.

Recorrido, MIDE y perfil de elevación

Os dejo, como siempre, el mapa, perfiles de elevación, y sobre todo, el mide, para que podáis medir vuestras fuerzas antes de iniciar la caminata, y así decidir si hacerla o no con mayor seguridad.

El MIDE es un método para valorar la dificultad y compromiso de las excursiones. Crea una escala de graduación de las dificultades técnicas y físicas de los recorridos, permitiendo clasificarlos para una mejor información.

Es una herramienta destinada a excursionistas, para que puedan escoger el itinerario que mejor se adapte a su preparación y motivación. Por ello, el MIDE es una herramienta de prevención de accidentes en montaña, ya que a más información, mayor seguridad. Yo siempre lo miro antes, y os aconsejo que hagáis lo mismo.

Hay una web que os recomiendo, a mí me es de utilidad, es montaña segura: https://montanasegura.com/

Ahí tenéis la forma de interpretar el MIDE y otras muchas cosas más, espero que os sirva. Por ejemplo, en el que os pongo a continuación que corresponde a la excursión de hoy, en una escala del 1 al 5, de menos a más.

En cuanto a la severidad del medio natural le da un 2, que significa que hay más de un factor de riesgo, en cuanto a la orientación en el itinerario le da un 3, lo que significa que exige la identificación de accidentes geográficos y puntos cardinales, en cuanto a la dificultad en el desplazamiento le da también un 3, lo que significa marcha por sendas escalonadas o terrenos irregulares, y en cuanto a la cantidad de esfuerzo necesario le da también un 3, que se traduce entre 3 y 6 horas de marcha efectiva ( sin parar).

Luego están otros conceptos como el desnivel a salvar, que aquí lo ponen de casi 1.000 m (985 m), la distancia total, 14.4 km y el tiempo ideal, 6 horas y 35 minutos.

Con estos parámetros podéis ver si la excursión se adecúa a vuestra forma física y conocimientos
Perfil de elevación. Siempre hacia arriba, como no podía ser de otra forma, paulatino pero constante

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