Caminata hasta el Ibón de Acherito (1.875 m), Valle de Hecho, desde el puente de La Mina (1.220 m) . Distancia de ida y vuelta; 8,5 km. Desnivel superado, 660 m. Duración ida y vuelta: 4 horas (sin paradas).

Hola queridos amigos y seguidores de mi blog. Tras una temporada sin salidas al Pirineo, aprovecho el tiempo estival y mis vacaciones para retomarlas. Esta vez sigo completando mi lista de ibones del Pirineo aragonés. Hoy es 4 de agosto, jueves, y me voy en solitario al ibón más occidental del Pirineo Aragonés, el ibón de Acherito. Para los que no sepan lo que quiere decir la palabra ibón, como os he dicho ya otras veces, significa en aragonés lago de origen glaciar.

La zona de los Valles Occidentales se encuentra en la comarca aragonesa de La Jacetania

Como llegar al aparcamiento de La Mina pasando por la Boca del Infierno.

Para llegar allí, hay que conducir hasta la localidad de Jaca, en Huesca, y dirigirse después hacia la localidad de Hecho. Una vez en Hecho, hay que continuar por la carretera hasta Siresa, famosa por su antiguo monasterio, y más tarde, por una carretera muy estrecha (no caben en algunos tramos ni dos coches) avanzar por el paraje llamado la Boca del Infierno, durante unos 3 km – el nombre no se queda corto- hasta llegar a la zona de la Selva de Oza.

Carretera que discurre por el paraje llamado la Boca del Infierno
Uno de los pocos tramos en el que caben dos coches
Aquí sólo pasa un coche, con lo que hay que parar a un lado – si hay hueco- y, si no, echar marcha atrás hasta encontrarlo

Más adelante, dejado ya atrás el paraje de la Boca del Infierno, la carretera se abre y se llega a una zona de praderas con una antigua construcción, un enorme caserón, al lado de la carretera.

Pasada la Boca del Infierno, se llega a una zona más amplia, en valle abierto, dejamos a la izquierda un enorme caserón

Continúo después por la carretera, que sigue estando asfaltada, hasta llegar a un camping, el de la Selva de Oza, que dejo a mi izquierda.

Voy acercándome al camping, a mi izquierda el río Aragón-Subordán
Camping Selva de Oza, al lado de la carretera, hoy a tope de gente

Finalmente, la carretera se interna en un precioso y sombrío bosque, y al salir de él, en una zona más abierta, debemos estar muy atentos pues hay que descender por una pista que sale a la izquierda, una pista de tierra que baja hacia el río y que está bien señalizada con unos carteles al inicio de la misma, que es la que hay que recorrer para dirigirse al ibón de Acherito. Si siguiéramos rectos, sin desviarnos, iremos por carretera asfaltada hasta que ésta se transforma en pista, la de Guarrinza, para dirigirnos al paraje de Aguas Tuertas, pero esto es otra historia que os contaré en otra entrada del blog.

Ya he descendido y voy por la pista de grava hacia un puente que pasaré con el coche y que cruza el río

Esta pista, enseguida, nos llevará a cruzar un puente sobre el río Aragón-Subordán y continuando unos cuantos cientos de metros más, a un lugar llamado el aparcamiento de La Mina. No tiene pérdida porque cerca hay unas construcciones ganaderas. No es necesario llevar un 4×4, pueden circular los turismos, no pasa nada. Allí se deja aparcado el coche que está cerca del puente que cruza el Barranco de Acherito. También hay cerca unos paneles indicativos.

Hay que cruzar este puente sobre el río Aragón- Subordán

Inicio de la excursión

Una vez me calzo las botas y me preparo para iniciar la caminata, me hago la foto de rigor antes de partir. No hay todavía muchos coches a esta hora de la mañana, al menos de momento. De fondo los picos sobre la Selva de Oza.

Estoy preparado y animoso para iniciar la excursión. Son las 9,30 horas.

También saco algunas fotos del entorno, en esta preciosa mañana de agosto, hace muy buen tiempo, de hecho, la meteo no pronostica cambios hasta después de las 14 horas aproximadamente, en la que se anuncia posible evolución hacia tormentas vespertinas, con lluvia y tal vez incluso granizo y rachas fuertes de viento. Para entonces ya habré terminado.

Al fondo, a la izquierda, se puede ver Peña Forca, con sus 2.390 m de altitud.

A estas horas hay espacio de sobras para aparcar y la pista ya veis como es, perfectamente practicable para turismos. Pongo el parasol en el coche para proteger el salpicadero, pues ya hace bastante calor y el día apunta maneras.

Me voy pero dejo el coche bien protegido contra el calor.

Cerca de donde estoy, hay varios carteles explicativos que vienen fenomenal para situarse en esta zona del Valle de Hecho.

Zona de Guarrinza y La Mina
Este otro panel explicativo me recuerda que estoy en el Parque Natural de los Valles Occidentales

Junto al inicio de la senda, hay también un poste con varios carteles, esta vez de dirección. Hasta el ibón de Acherito, mi objetivo de hoy, me marca 2 horas y 4 km, lógicamente sin paradas, cosa en mí inconcebible, pues dedico tiempo para hacer fotos y disfrutar del entorno, con lo que habrá que sumar a ese par de horas un poco más.

Varias rutas parten desde este punto

Lo primero que veo al frente es el barranco de Acherito, que baja con poco caudal, y es que este año, con las olas de calor sucesivas y muy largas, que se han hecho sentir también en el Pirineo y la escasez de precipitaciones, los torrentes no están precisamente en su mejor momento. La montaña del fondo es el Mallo Cristián.

Barranco de Acherito, con poco caudal y al fondo el Mallo Cristián

Pasando el cercado para el ganado

Unos metros nada más comenzar la subida junto al barranco de Acherito, que queda a mi izquierda, hay que pasar por un vallado que impide que se escapen las vacas que seguramente pastan a sus anchas por la zona de sobrepuerto. La puerta de la cerca es singular, pues dispone de un mecanismo con un muelle que hace que aunque el que la cruce se la deje abierta, – cosa que no debería suceder- se cierre sola por efecto de la gravedad, un buen invento.

Cercado inicial que hay que pasar. Marcas del GR en primer plano, sobre el mojón.

Sigo fijándome en los picos de alrededor. Una punta destaca en el horizonte. Es la parte final del Pico Chipeta Alto (2.175 m), que desde aquí se ve de esta peculiar forma, parece la proa de un gran barco.

Pico Chipeta Alto (2.175 m)

Hacia el barranco de Las Foyas (1.400 m)

Una vez pasado el cercado, y siguiendo el camino que está muy marcado por las pisadas (no hay pérdida) me desviaré hacia el Barranco de Las Foyas, dejando el de Acherito a mi izquierda. En la foto que os pongo debajo, haceros a la idea de que la senda que voy a seguir, llega hasta el monte gris que se ve al fondo, que es el Mallo Cristián (2.072 m), y lo rodea por la base de su ladera de canchales para esconderse tras él, a la derecha, camino del ibón.

El barranco de Las Foyas con el Mallo Cristián al fondo, hasta donde llegaré, y mucho más

Sigo caminando, siempre en subida, y veo al fondo a la izquierda, un monte en punta, que queda casi escondido en el horizonte, es el Mallo Acherito (2.378 m) y que da nombre al ibón. Como veis la senda sigue estando muy bien marcada por las pisadas de innumerables senderistas que me precedieron.

Senda y Mallo Acherito al fondo, el pico que se ve en punta.

En las zonas donde todavía da la sombra, aún está todo húmedo y mojado, y es que el día anterior hubo tormenta y aún quedan restos del temporal. Unas babosas que parecen desperezarse me saludan en esta temprana hora de la mañana.

La siempre presente y familiar babosa del Pirineo

También veo plantas que están en plena floración, estas parecen ejemplares de petrocoptis pyrenaica, ahora con las flores cerradas por la humedad y falta de sol.

Esta caminata no deja dudas. Ya desde un primer momento, se va superando una ligera pendiente, que paulatinamente va incrementándose sin tregua.

Sigo caminando por el barranco de Las Foyas

Además de que la senda se ve pisada, también se aprecian las señales blancas y rojas del GR 65.

GR 65 inconfundible en blanco y rojo
Ya van apareciendo ante la vista infinidad de picos pertenecientes al sector de la Selva de Oza

Sigo progresando siempre en subida, por una senda que como podéis observar, sigue mojada.

Cae agua por el camino, restos del temporal de anoche

Y cómo no, no podían faltar las carlinas, que en esta zona abundan. La carlina en este sector del Valle de Hecho son un buen indicador meteorológico. Cuando se acerca lluvia o una gran tormenta, las hojas se repliegan. Y al contrario, cuando hace buen tiempo, se extienden. Esta que veo de momento está totalmente replegada, señal de que ha caído lluvia reciente.

También a mi derecha dejo una zona de abundantes helechos que pueblan toda la ladera pintándola de verde.

Una ladera llena de helechos

Y en mitad del camino, un solitario ejemplar de lo que parece una digital amarilla, en plena floración.

Altiva, emerge en mitad de la senda esta planta

Pero aquí no acaba todo, de repente, entre la vegetación y a lo lejos, distingo lo que parece un pajarillo. Voy solo, tengo suerte y no viene nadie caminando que me lo pueda espantar, así que con el zoom – mucho zoom- logro hacerle alguna foto. Es difícil de fotografiar, va y viene, pero al menos, me sirve para identificarlo, es un carbonero, parus major, que vive principalmente en los bosques.

Un carbonero aparece a lo lejos , puedo hacerle un par de fotos a duras penas y con el zoom

Hacia el Mallo Cristián y el ibón de Acherito

Poco a poco voy subiendo y subiendo. La verdad es que esta senda no da respiro, la pendiente no es muy fuerte en este tramo pero es constante. A mi izquierda al fondo sigo viendo las laderas y canchales del Mallo Cristián, por su base caminaré como os he dicho anteriormente.

Pronto llego a un poste indicativo de dirección que me confirma que voy bien hacia el ibón de Acherito.

Poste de direccón
Dirección correcta

Cambio de ladera a la altura del refugio de Lo Buxé

Unos metros más adelante, otro poste de dirección; con la indicación S5. En este momento el sendero cambiará de lado a la altura del refugio de lo Buxé (que no se ve desde aquí) y se dirigirá hacia la otra ladera del barranco de Las Foyas. Dejo la margen izquierda en el sentido del desagüe del torrente y me paso a la margen derecha.

Me estoy fijando en estos postes y llevan enrollados un alambre de púas. Es para que las vacas no se froten contra ellos y los tiren. Un sistema un tanto enérgico pero supongo que inevitable si se quiere conservar la integridad de los mismos en zona de abundante ganado como es ésta.

Poste de dirección con el alambre de púas contra el ganado

Aquí la pendiente se hace más fuerte. Se nota la trepada. La senda marcará pronto una diagonal hacia el Mallo Cristián. Esta excursión no es complicada técnicamente, ni por orientación, ni por cruces complicados, y tampoco lo es si estás acostumbrado a caminar por el monte, seguir las sendas, hitos de piedra y posibles señales, pero la constante subida se deja notar.

Pero eso sí, no hay ni un árbol donde cobijarse del sol, y tampoco fuentes. Hay que ir bien provistos de agua, gorra, crema solar…en fin, cosas de sentido común. Hoy hace mucho calor, 38,5 Cº, sí, habéis leído bien, ¿parece mentira que esté a 1.400 m en este momento verdad? y es que este verano está haciendo mucho calor, demasiado. Por eso también la subida se me está haciendo más dura, no hago más que sudar, por eso hidrataros bien, y racionar el agua con cabeza, debe durar más de 4 horas, y llevaros abundante, aunque pese más la mochila. Ah, y si podéis haceros con un pañuelo de cuello, evitaréis quemaros con el sol.

Justo a mi derecha, en la ladera del barranco contraria que acabo de abandonar, aparecen las bucólicas vacas, pastando tranquilamente y soportando estoicamente el calor.

En la foto de debajo se aprecia muy bien lo que os decía, que estoy en la otra ladera del barranco y que me dirijo hacia el Mallo Cristián. La senda sigue estando muy marcada y no hay pérdida posible, tranquilos.

La senda sigue siendo muy clara

Voy solo y todavía no me he hecho ninguna foto en el camino, así que coloco la cámara en un saliente y me la hago con el barranco de Las Foyas y los picos de la zona de la Selva de Oza como telón de fondo.

Barranco de las Foyas y picos del sector Selva de Oza detrás

De pronto, al lado del camino, me encuentro con unos huesos grandes. Imagino que es lo que queda de una vaca, de cuya carne supongo habrán dado buena cuenta los buitres y demás animales y tal vez también el quebrantahuesos.

Unos huesos al lado del camino

Con el zoom saco las paredes de roca del Mallo Cristián, y en las praderas de su base, distingo subiendo a otros senderistas. Por ahí tendré que pasar, pienso. Aún me queda un buen trecho.

Y de nuevo otra carlina, y otra, y otra….hay muchas. Ahora están abiertas, y los insectos dan buena cuenta del néctar que les ofrece. Cuando se lleven el polen en las patas, polinizarán otra planta y el ciclo de las carlinas seguirá otro año más. En el Pirineo aragonés, se usaban para, decían, espantar a las brujas y los malos espíritus colocándolas en las puertas de las casas para proteger las viviendas.

Carlina

Las carlinas son muy resistentes, aguantan muy bien las pisadas del ganado, sus pequeñas espinas en las hojas quitan las ganas de comérselas a los rumiantes.

Otra carlina con un par de mariposas.

Pues como veis, sigo subiendo, por senda bien definida, y bien pisada, como puedo ver en la tierra, donde se han quedado marcadas las huellas de las botas de otros montañeros. Me viene a la mente aquello de un pequeño paso para el hombre…y un gran salto para la humanidad, pero ni soy Neil Amstrong, ni estoy en la luna, que cosas le pasan a uno por la cabeza cuando vas pateando el monte, ja ja ja. A veces, y no es broma, si tengo alguna duda de si voy en buena dirección, me fijo en estas marcas de calzado que me confirman definitivamente que voy por buen camino.

Huellas que han dejado otros senderistas

Nueva señal de dirección cerca del Mallo Cristián

Después me encuentro con un nuevo poste que hace que cambie de dirección y que me conduce en una pronunciada diagonal por las laderas del Mallo Cristián.

Otro poste de dirección
Diagonal hacia las laderas del Mallo Cristián

Cómo suele ser habitual en estos ambientes de alta montaña, el lapiaz hace su aparición en las rocas calizas, con esas características acanaladuras en la roca.

Lapiaz en el Mallo Cristián

Bueno, pues ahí voy, subiendo y dejando tras de mí el barranco de Las Foyas. En la foto que pongo debajo, en la base del monte que está totalmente cubierto de vegetación arbórea, a la izquierda, está el parking de La Mina, así que todo eso he recorrido ya.

Qué abajo y qué lejos se ve la zona del aparcamiento de La Mina

Ahora la senda me conduce directamente a una zona más pedregosa del camino, es normal, tengo que pasar las rocas cercanas al canchal.

Sorteando el paso de Lo estreito de lo Buxé (1.590 m)

En algunos puntos la senda desaparece por completo y tengo que pasar sorteando un afloramiento de rocas. Es «Lo estreito de lo Buxé». Este paso angosto entre rocas marcará ya definitivamente una inflexión del camino hacia el oeste, se abandona el barranco y a partir de este momento la senda flanquea las faldas del Mallo Cristián, atravesando sus extensas pedreras.

Lo estreito de lo Buxé ( 1.590 m)

Al rato miro hacia atrás y veo casi en sombra el Mallo Arañón (1.838 m). Hace bastante calor, no hay tregua en este sentido. De todas formas, a medida que voy subiendo, el viento va aliviando un tanto la sensación térmica.

Mallo Arañón (1.838 m)

Y también mirando hacia atrás, pero en la lejanía, se levanta imponente el Castillo de Acher (2.384 m) el pico en sombra, sobre la zona marrón y verde que aparece a la izquierda de la foto.

El altivo Castillo de Acher en la lejanía
El pico Chipeta Alto, ahora se ve en toda su horizontalidad
Tras de mí el pico Acherito y el Paso Anzotiello
Diagonal hacia los canchales del Mallo Cristián
Los canchales cada vez más cerca
El pico Chipeta Alto en todo su explendor

Por si os sirve del orientación, la senda pasa entre dos grandes rocas, una a cada lado del camino.

A medida que voy flanqueando las pedreras del Mallo Cristián, aparece en lo alto, en sobrepuerto, abundante ganado vacuno pastando plácidamente bajo el inmisericorde sol. Sinceramente, el calor y el esfuerzo de la subida, si no te lo tomas con calma, pueden desesperarte un poco, así que paciencia pues la meta final merecerá la pena.

Vacuno en el sobrepuerto

Y de nuevo el Castillo de Acher, esta vez en el centro de la foto, y el Bisaurín, que a lo lejos también se llega a alcanzar con la vista.

Castillo de Acher (2.374 m)
Una foto con el Mallo de Acherito (2.378 m) a la derecha del todo en punta no podía faltar.
Mallo Acherito (2.378 m)

Buitres leonados sobre mi cabeza

Como si salieran tras del Mallo Acherito, unos cuantos buitres leonados vienen en mi dirección y pasan por encima mío. No me lo pienso y trato de sacar fotos de algunos de ellos. Van muy rápido, es difícil, pero con un poco de maña, consigo unas instantáneas que os pongo a continuación .

Oteando
Buitres y Mallo Acherito
En formación
Enorme carroñero que siempre me encuentro en mis visitas al Pirineo
Aquí se puede apreciar bien la cabeza de este buitre con su enorme pico para desgarrar la carne
Dueño del cielo y los riscos

Llegando al Ibón de Acherito

Casi dos horas después de iniciar el ascenso, la senda comienza a dirigirse hacia unas lometas herbosas, e intuyo que no puedo estar muy lejos del ibón. Seguramente tras ellas, estará la cubeta del mismo.

Tras esas lomas intuyo que estará el ibón

El Ibón de Acherito

Y por fin llego al ibón. Lo primero que aparece ante mis ojos son las agujas de la Peña del Ibón, que formará un precioso hemiciclo hasta la Punta A Ralla (2.147 m). Situado a 1.875 m de altitud, y con una superficie de 5,9 hectáreas, y 20 metros de profundidad en su parte central, es el ibón más occidental de los Pirineos.

Peña del Ibón de Acherito

Ahora me tocará descender hasta el agua, pero antes me hago una foto en esta parte de la cubeta de sobreexcavación muy accesible y cubierta de hierba.

En la ladera de sobreexcavación del ibón, de fondo las agujas del circo glaciar

Desciendo un poco, y unos metros más abajo, llego al nivel del agua. Ahora tengo a la vista las agujas desde la Peña del Ibón hasta la Punta A Ralla, formando este bonito hemiciclo natural que no deja indiferente por la agreste belleza. En sus paredes calizas, se aprecian numerosas canales de gelifracción, que alimentan los taludes de derrubios, que en algunos casos llegan hasta el agua del ibón.

El coqueto ibón de Acherito

Antes de reponer fuerzas, y de que el sol esté más alto, me hago la foto de rigor. Ha sido una subida exigente, más que nada por el calor, pero ha merecido la pena.

Hoy me he traído un bote de albóndigas, en vez del típico bocata. Voy a dar buena cuenta de él y descansaré un poco antes de iniciar la vuelta.

Hoy albóndigas

Recorro el circo glaciar

Una vez que he comido, avanzo un rato por la orilla del ibón, por su parte izquierda. Mi idea es recorrerlo entero, para apreciar otras perspectivas del mismo. Justo enfrente de donde he comido, y bajo las agujas del hemiciclo, aparece frente a mí, como surgiendo de las azules aguas, el pico Chipeta Alto.

Chipeta Alto al fondo

En un momento determinado decido que me voy a remojar los pies, para darles un merecido descanso. Así que fuera botas y a por ello.

Botas fuera
Piso sobre arena y hierba, está muy mullido y cómodo para los pies

Y el reconfortante remojón en la fresquita agua del ibón sabe a gloria con este calor.

Pongo el trípode y a ver si me da tiempo a hacerme una foto dentro del agua. Dicho y hecho.

Iniciando el regreso

Después de descansar algo, no mucho, soy bastante inquieto, y más que nada por evitar que me pille tormenta vespertina, inicio el descenso hacia el aparcamiento de La Mina. Sigo bordeando el ibón para llegar al punto en el que comencé a descender.

Bordeando el ibón hasta el inicio

No sin antes con el zoom hacer las últimas fotos a las agujas que rodean las azules aguas, con sus canales en las calizas y sus numerosos canchales.

Deshaciendo el camino

Ahora toca desandar lo andado. La luz ha cambiado, son las 13:30 horas. Hay que bajar ya. Me he entretenido bastante junto al ibón, pero ha merecido la pena.

Voy haciendo alguna foto más de los picos de esta mañana que ahora se ven diferentes por la luz que les da.

Y sobre el Castillo de Acher ya se empiezan a formar pequeñas nubes blancas, preludio de lo que puede volver a pasar a partir de media tarde, la aparición de alguna tormenta, lo normal en verano en el Pirineo.

Una vaca cabezota y otra que se rasca la cabeza

De pronto, me topo con una vaca que no me quiere dejar pasar. Se ha quedado plantada y me mira desafiante. Pues nada, ya se que estoy en sus dominios, pero sintiéndolo mucho voy directo hacia ella y a la hora de la verdad, se aparta. No hay que tenerles miedo. No hacen nada. Yo sólo evito acercarme cuando hay terneros cerca, no sea que se molesten, los animales siempre tienen una distancia de tolerancia, si la pasas entonces pueden surgir problemas, mejor mantenerla.

Una vaca cabezota

A mi izquierda a medida que avanzo, veo otra vaca que se rasca la cabeza contra una roca puntiaguda. Donde no llegan las patas, lo hace el ingenio, y eso que son simples vacas. Los animales siempre son más inteligentes de lo que parecen.

¡Qué bien sabe rascarse la cabeza con la piedra!

Una bajada muy pesada

Este descenso hasta La Mina se me está haciendo muy largo, y yo creo que es por el calor. Así como la ida ha sido soportable, la vuelta se me esta haciendo eterna. Mi consejo, guardad agua para la vuelta, no os la bebáis toda, la vais a necesitar, sobre todo en verano.

De todas formas esto no es impedimento para hacer fotos, mi gran hobby, que os pongo aquí para deleite de la vista, pues estos paisajes pirenaicos son siempre sublimes y llenan de paz el espíritu para el que los sabe contemplar con calma y apreciar la naturaleza.

Castillo de Acher, Bisaurín…todo un espectáculo

¡Veo el aparcamiento de La Mina!

Y por fin, allá abajo, veo la pequeña explanada del aparcamiento de La Mina. Con el zoom aún lo acerco más y veo hasta el coche, la cerca del ganado que he cruzado esta mañana, pero no me puedo engañar, aún me queda mucho por bajar.

La planicie marrón en el centro de la foto, ahí está el aparcamiento
Mi coche se ve allá abajo

Voy fijándome también en lo pequeño, y un saltamontes gris, perfectamente mimetizado con la roca en la que suele moverse, aparece a mi lado.

Y cómo no, las ya familiares carlinas, en las laderas a los lados de la senda.

Poco a poco, desde la parte francesa, van llegando las nubes, que comienzan a tapar el cielo.

La visión al frente, casi la misma. Lo dicho, bajada tediosa que hay que hacer con buena provisión de agua. Aún me queda. En las piernas ahora trabajan otros músculos distintos de los que se usan al subir, y se nota, aunque yo estoy acostumbrado, pero si no lo estás mucho, utiliza bastones porque te evitarán caídas y lesiones, y aunque lo estés, úsalos igual, pues evitan un 15% del peso corporal a las rodillas, según estudios que han realizado.

Un montón de mariposas azules sobre la tierra húmeda de lo que fue esta mañana un pequeño charco

Llegada al aparcamiento de La Mina

Son las 15 horas aproximadamente. Me ha costado bajar hora y media. La verdad, celebro llegar, la bajada no ha sido cómoda. Estaba ya un poco harto de tanto calor, y se me ha hecho muy larga. He ido solo todo el camino. No me he cruzado con nadie de subida, ni bajando.

Llegada al cercado del ganado

Y menos mal que he llegado porque acabo de oír tronar. Y es que el cielo cada vez se llena más y más de nubes. Objetivo cumplido. Ha sido una excursión bonita, el final en el ibón, precioso, el único pero, tal vez la bajada, y por culpa del intenso calor que ha hecho hoy, con temperaturas por encima de los 38 grados en muchos momentos, algo totalmente inusual a esta altitud. El cambio climático, por desgracia, está aquí.

Truenos en la lejanìa

Parada en el pueblo de Hecho

Una vez ya en el coche y en la carretera, decido que voy a parar un momento en la localidad de Hecho, más que nada para refrescarme y coger un poco de agua. De la última vez que estuve aquí, recuerdo que había una fuente junto a una estatua de una pareja de habitantes del valle con el traje tradicional de la zona. Voy para allá.

Llego al pueblo y aparco junto a la estatua. La fuente está al lado. Una autocaravana me la oculta a la vista, pero no hay más que mirar un poco. Está detrás.

Y ya en la fuente me echo un buen trago y relleno para el camino. Aquí está todo cerrado. Hasta la gasolinera. El supermercado abre a partir de las cinco de la tarde.

A por la fresca y saludable agua del Pirineo

Ya puestos, pienso que por media hora más que esté por aquí, tampoco me va a influir mucho en la vuelta. Así que como el tiempo aguanta, decido que voy a dar un paseo por el pueblo. Os dejo un buen número de fotografías para que os hagáis una idea de cómo es.

Y después de esta vuelta de 15 minutos por la localidad de Hecho en la que no he visto a nadie – estarán todos en sus hogares resguardados del calor de hoy- me dispongo a volver ya a casa. Os dejo el perfil de la excursión y la tabla MIDE, para que os sirva de guía. Un cordial saludo a todos y nos volvemos a ver en la próxima entrada del blog. ¡Buen verano!.

Perfil y datos de la ruta

En verde, la ruta seguida

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