Circular por los Miradores de Panticosa (1.272 m) desde El Pueyo de Jaca (1.080 m). Recorrido por las Pasarelas sobre el río Caldarés y regreso por el Camino de Las Palizas. Distancia total: 8,5 km. Desnivel acumulado: 450 m. Duración: 3,5 horas.

Hola de nuevo amigos y seguidores de mi blog, hoy es 13 de agosto del 2021 y me voy a hacer una ruta que yo llamo de transición, de esas más bien tranquilas en cuanto al esfuerzo físico, pero atractivas, que también viene bien realizar alguna de vez en cuando.

Los miradores y las pasarelas de hoy se encuentran en la comarca aragonesa del Alto Gállego

Hoy voy a hacer una ruta circular que en realidad son dos, sería como una doble ruta circular. La primera, visitando los miradores de Panticosa – el de O Castiecho (1.140 m), O Caxico (1.205 m), el de las Sabinas (1.235 m) la Peña de Santa María (1.262 m) y el de Santa María (1.270 m.) y algunos búnkeres de la Línea P que me encontraré por el camino (o Línea Pirineos, esas fortificaciones construidas por el Régimen franquista tras la II G.M. como barrera defensiva contra posibles invasiones del exterior) y la segunda ruta por las pasarelas sobre el río Caldarés junto con un mirador más, el de O Calvé (1.272 m).

Llegada a la población de El Pueyo de Jaca (1.080 m)

La ruta parte de la localidad de El Pueyo de Jaca. Para llegar hasta aquí, hay que pasar Biescas y tomar dirección Panticosa. Un poco antes de llegar a Panticosa, está el desvío para acceder a El Pueyo de Jaca. La carretera desciende unos metros y se adentra en el casco urbano. No se puede aparcar en lo que es el centro del pueblo, así que os aconsejo lo hagáis en alguna calle de las afueras o en una explanada habilitada al efecto. Yo aparco junto al Aparthotel Peña Telera Resort.

Aparco junto al Aparthotel Peña Telera Resort

Comienzo a caminar y me dirijo hacia la parte alta del pueblo. Paso primero por una zona donde hay una fuente con agua muy fresca así que vacío una de las botellas que traigo y la relleno de nuevo. Después continuo la marcha hasta que paso por debajo de un pórtico que tiene un tejadillo de pizarra.

Bonita fuente con una cabeza de león donde relleno una de mis botellas con agua muy fresca
En una calle que va de subida, hay un pórtico con tejadillo de pizarra, paso por debajo

Seguidamente cruzo otra calle, que es la principal y que también hace de carretera que une El Pueyo de Jaca con la localidad de Hoz de Jaca, y justo enfrente, a un lado, encuentro unos paneles informativos sobre los Miradores de Panticosa. No hay más que seguir sus indicaciones, que me llevarán a internarme por una senda que asciende por una ladera rodeada de exuberante vegetación.

Tras pasar el pórtico y cruzar la calle- carretera principal, ya veo los carteles indicativos

Inicio de la ruta de los Miradores de Panticosa

Ya junto a los carteles indicativos, me dispongo a comenzar el recorrido. Iré por un tramo del PR HU 106, senda de pequeño recorrido pirenaico que viene indicada como todas ellas con los colores blanco y amarillo.

Carteles que nos hablan sobre la ruta de los miradores
Recorrido según uno de los carteles
Datos de la ruta
La senda se interna en la espesura

Voy caminando en ligero ascenso por un bosquecillo con todo tipo de vegetación, entre la que destacan los quejigales, el «buxo» o boj, las madreselvas, la «tintilaina» (Viburnum lantana), alguna planta de sombra como la «tolongina», los acebos y cerecedas, también el bosque mixto con pinares, abetales, y especies caducifolias como los abedules, fresnos, hayedos, avellanos y álamos y entre otros.

Marcas amarillas y blancas indicativas de una senda de Pequeño Recorrido la PR HU 106
La senda asciende rodeada de árboles y arbustos

Desvío al Mirador de O Castiecho (1.140 m)

Tras unos 10 minutos de ligero ascenso y a 1.131 m, me encuentro con un poste con varias señales indicativas. Aquí hay un cruce de caminos. Una de ellas nos dice como llegar al Mirador de O Castiecho (1.140 m). Han colocado unos tablones a modo de escaleras, iré por ahí.

A tan sólo 100 m, el mirador de O Castiecho

Pero por aquí no sólo hay plantas y flores, también abundante fauna. Un cartel me avisa de la presencia del Petirrojo, un ave común por estos bosques.

De vez en cuando me encuentro con un panel explicativo sobre los animales y aves que habitan esta zona

El Mirador de O Castiecho

Y ya he llegado al primer mirador. A medida que me voy acercando se aprecia un banco y una protección para evitar que algún despistado se caiga por la ladera. Llego a la altura de un cartel explicativo. Desde aquí, se ve perfectamente la Sierra de Partacua, que separa el Valle de Tena de la Tierra de Biescas, y pertenece a las llamadas Sierras Interiores.

En este caso una serie de pliegues, cabalgamientos y escarpes han perfilado esta Sierra y la han elevado más de 1.000 m sobre las rocas circundantes, las pizarras del Valle de Tena. Y en el valle, más abajo, el Embalse de Búbal, que ahora está por debajo de su capacidad frente a lo que suele ser habitual.

Sierras Interiores, Tendeñera y Partacua y la ubicación de la ruta de hoy en amarillo
Partacua y Búbal, el embalse está un poco más vacío de lo normal, habrá cedido agua para usos agrícolas o hidroeléctricos

Bajo estas líneas os pongo la foto que hice al letrero con los nombres de los picos de esta Sierra, entre los que se encuentran algunos muy conocidos como Peña Telera (2.762 m) o Peña Blanca (2.541 m).

La vista desde aquí es panorámica. También más hacia la derecha de mi posición, puedo reconocer algunos picos como el Pacino (1.965 m), que he subido y que tenéis el relato en otra entrada de este blog, y la siempre muy reconocible Peña Foratata (2.329 m). El pueblo que se ve abajo, en la foto, es El Pueyo de Jaca.

Hago otra foto del panel explicativo y que podéis comparar con la anterior en directo que saqué desde el mirador para ubicar las cumbres.

Una foto de recuerdo en este lugar tan bonito y continúo la marcha en busca de nuevos miradores.

Me despido del Mirador de O Castiecho

Hacia el Mirador de O Caxico

Tras recrearme un poco más con el paisaje que se observa desde este este mirador, retrocedo por la senda por la que he venido para alcanzar de nuevo el desvío que tomé anteriormente y seguir la PR HU 106, con dirección al Mirador de Santa María, y de paso, accederé previamente al de O Caxico.

Vuelvo al desvío
Sigo de momento dirección Mirador de Santa María

Ahora recorro el camino para ir al Mirador de Santa María, no hay pérdida, está muy marcada la senda y es muy fácil seguirla.

Me sigo encontrando con marcas de la PR HU 106 por todo el recorrido, de momento sigo dirección Santa María.

Se siguen las marcas de la PR HU 106

El sendero sigue estando muy bien señalizado. Hay que continuar siempre por donde indica Mirador de Santa María.

Mas carteles hablando de la fauna del lugar. Ahora nos cuentan que por aquí podemos encontrar Raposas o Zorros, otra cosa es que tenga la suerte de verlos.

Sigo hacia arriba. La senda va subiendo y ganando altura, se nota poco a poco, al fin y al cabo un mirador que se precie tiene que ofrecer una buena panorámica, y mejor desde lo alto.

Por algún claro entre la vegetación veo un paramotor sobrevolando el valle

Continúo por el sendero que me indica Mirador de Santa María, cada vez más cerca, ahora a 25 minutos, según el cartel.

No sólo hay carteles indicativos, también postes, que dicen que voy por la ruta de los miradores.

La senda sube continuamente

Llegada al Mirador de O Caxico (1.205 m)

La senda continúa en ascenso y en un claro a mano izquierda, y sin apenas abandonarla, llego al Mirador de O Caxico. Hay desde aquí una vistas interesantes, sobre todo mirando a lo lejos, del todo el sector de la Peña Foratata (2.329 m)

Mirador de O Caxico
Peña Foratata

La senda continúa y de nuevo pronto se ve un poste indicativo con varios carteles. Uno de ellos indica el camino al Mirador de Santa María, pero el otro me conduce hacia el Mirador de las Sabinas. Iré a ver éste último primero, y luego retomaré la ruta hacia Santa María.

Únicamente tengo que recorrer un pequeño trecho para llegar al Mirador de las Sabinas. Voy a ver que se ve desde allí.

Mirador de las Sabinas(1.235m)

A 20 m del Mirador de O Caxico, está el de las Sabinas. Es un mirador pequeño, ocupando un pequeño saliente en la ladera. Tengo el sol de frente, ya que está orientado hacia el noreste. No puedo distinguir bien las cimas del fondo. Sí veo el río Caldarés abajo, pero la verdad es que de forma poco nítida.

Camino hacia el Mirador de las Sabinas

El nombre es correcto, aquí hay sabinas, pero es algo raro. En los alrededores sobreviven algunas sabinas negras, más propias de ambientes de tipo mediterráneo.

En la vista que tengo ahora, y que os enseño en la foto que pongo bajo estas líneas, puedo ver junto a un campo, la zona de bosque que recorreré a la vuelta desde Panticosa, ya que regresaré por el Camino de las Palizas. Este queda al otro lado del río, abajo a la izquierda, dentro del bosque.

Una vez visto, retrocedo de nuevo hasta la senda principal, y salgo de la zona donde la vegetación es más tupida para alcanzar una zona más despejada.

Accedo a una zona con mucha menos vegetación

Mirador de la Peña de Santa María (1.262 m)

Y ya, más adelante, llego al Mirador de la Peña de Santa María, desde donde puedo contemplar unas vistas muy parecidas a las del primer mirador, pero desde mucha más altura.

Mirador de la Peña de Santa María

Justo bajo este mirador, ya comienzo a ver algunas de las estructuras defensivas de la Línea P (Línea Pirineos) que se encuentran en este sector y que fueron construidas tras la II G.M. por el Régimen franquista en previsión de una posible invasión por parte de los países aliados, ganadores de la contienda.

Veo un primer puesto defensivo de la Línea P

Una vez que he terminado de ojear todo esto, continúo la marcha siempre siguiendo las indicaciones al Mirador de Santa María.

Sigo hacia Santa María

Hasta ahora estaba solo. Pero algunas personas siguen mis pasos. Los oigo hablar. Son franceses. Están en el Mirador de la Peña de Santa María que acabo de abandonar. Bueno, seguramente los dejaré pasar y así voy yo más tranquilo, y no nos agolpamos a la vez en los miradores, al fin y al cabo, el covid 19 sigue todavía entre nosotros, y no llevo puesta la mascarilla, no en el monte, siempre claro que pueda mantener la distancia de seguridad.

Mirador de la Peña de Santa María

A medida que voy caminando, tengo una visión más amplia de la zona que está por debajo. Se ve la Urbanización Argualas, y también la piscina y los bungalows de madera, cada uno con su pequeña parcela.

Urbanización Argualas

Por aquí voy avanzando por zona de arbustos, no hay mucha vegetación de envergadura. Es ideal para contemplar todo lo que me rodea sin árboles de gran porte que interfieran la visión. Voy por un camino que bien recuerda a una especie de cordal entre lomas. Tengo una vista de 360 grados. El lugar es muy bonito, y se tiene una sensación de estar flotando sobre el paisaje

Echo una vista atrás para que os hagáis una idea de por donde he ido. A la izquierda de la foto que os pongo debajo, la senda desciende desde la Peña de Santa María, al fondo se ve la Sierra de Partacua, y abajo, a la derecha, se aprecian las casas y tejados de pizarra del pueblo de El Pueyo de Jaca, desde el cual he salido para llegar hasta aquí. Podéis ver que he subido bastante.

El Pueyo de Jaca, abajo a la derecha de la foto

Tras avanzar un rato por esta senda, llego a otra estructura defensiva de la Línea P. El camino puede recorrerse por encima del búnker o pasar por dentro de él. Las dos alternativas te llevan al mismo sitio. Yo decido pasar por el búnker y así lo veo.

Entrada al búnker

Pero antes, me fijo en una especie de trinchera de hormigón que hay a mano izquierda. No sé para qué servirá, tal vez para apostar una ametralladora, o un cañón ligero, vete a saber. Me hago una foto con el disparador automático en este lugar, y de paso para que se pueda apreciar el tamaño de una persona al lado de este hueco. La verdad es que es un lugar muy estrecho y pequeño y no ofrece protección alguna.

No sé para qué servirá esto, igual para una ametralladora

Una vez dentro de la estructura, la sensación es un tanto claustrofóbica, y eso que se ve luz natural al fondo y la salida está cerca. En un lateral un espacio muy reducido, todo de hormigón, en cuyas paredes hay como unos nichos. Imagino que ese era el lugar donde se guardaba la munición.

La senda atraviesa el búnker
Nichos en el hormigón armado, tal vez para guardar la munición
Salida del búnker
Marcas de la PR HU 106 indicando que se puede atravesar el búnker siguiendo la senda

Una vez fuera de la estructura, el paisaje vuelve a llenarse de árboles y vegetación variada, al menos durante un rato.

Pero hay más. Sobre unas hojas puedo ver una mariposa de la especie Melanargia galatea, o Medioluto, propia de prados y márgenes de caminos de ambientes montanos, como es el caso.

Melanargia galatea

También veo por aquí bastantes ejemplares de Merendera montana, planta bulbosa, que crece a ras de suelo, de flores grandes y abiertas. Florece hacia finales del verano en prados montanos y subalpinos.

Merendera montana

Continúo camino y un poste plagado de indicaciones me indica otra vez varias direcciones que puedo tomar, entre las que está el camino para bajar a Panticosa y que utilizaré después, así que tendré que volver aquí desde el último mirador para llegar al pueblo de Panticosa.

Si echo la vista atrás, veo perfectamente el lugar en el que acabo de estar, el Mirador de la Peña de Santa María. Os lo marco en la foto.

Y en el cielo, con el telón de fondo de la Sierra de la Partacua, vuelvo a ver otro paracaídas con motor. En realidad es un paramotor, una aeronave conformada por un pequeño motor de hélice y un parapente. Es, básicamente, un parapente motorizado. Los parapentes para volar requieren como mínimo una velocidad de viento relativa de unos 22 km/h.

Un paramotor y de fondo la Sierra de Partacua

Pero no todo lo que vuela hoy por aquí va motorizado, en el cielo puedo ver un ave que ronda las alturas, y debe ser, por la forma de la cola, que es cuadrada, por la cabeza y por las alas, con casi total seguridad, un Milano negro, Milvus migrans.

Este ave es de coloración oscura, cola cuadrada y ligeramente ahorquillada. Oportunista, hace el nido en árboles altos de valles fluviales, donde caza pequeños animales, aprovecha carroña y roba comida a otras aves. Le logro hacer una foto surcando el cielo.

Milvus migrans

Mirador de Santa María(1.272m.)

Y por fin, desde el poste de indicaciones múltiples y tras caminar un corto trecho, llego al Mirador de Santa María, el último que visitaré por aquí antes de volver a Panticosa. Está en alto, y el suelo del mirador está sobre el techo de otro búnker de la Línea P.

Hay dos paneles que nos indican todos los picos que pueden verse desde aquí, tanto hacia el noreste como hacia el suroeste.

Y fijaros bien en la foto de debajo de estas líneas, porque justo ahí, perdidas entre el paisaje profundo, están las pasarelas de Panticosa. Con el zoom hago una foto para que lo veáis. Allí iré yo más tarde. Lo demás que se observa hacia la derecha es la zona de La Ripera, por allí fui cuando visité el Dedo de Dios, o la punta de Yenefrito, que podéis también encontrar en el blog.

En la foto, Panticosa, y los montes del fondo en vista sur : pico Piniecho, pico Tablato, y las Foratulas
Las pasarelas, vistas desde el Mirador de Santa María, con mucho zoom. Se distingue gente caminando por ellas
Una foto en este mirador y a volver
Al fondo del todo, en el centro de la foto, el pico Pacino de perfil más plano y a su izquierda más respingón la Punta Cochata

Justo a un lado de este mirador, bajando un poco por un camino, se encuentra la entrada a otro búnker de la Línea P. Se puede visitar y es lo que hago antes de regresar por donde he venido.

Hay que bajar un poco desde el mirador para acceder al búnker

En la puerta de la estructura, una doble barrera a base de tablas, dificulta la entrada. Supongo que lo han diseñado así para evitar un fácil acceso al recinto, aunque eso sí, han dejado el espacio justo para pasar.

Entrada medio flanqueada por troncos y tablas

En la pared de la izquierda nada más entrar, alguien, mucho antes de que yo hubiera nacido, ya dejó grabadas en el hormigón tal vez sus iniciales y la fecha, 1.962.

Grabados en el hormigón

La sensación en este búnker es mucho más claustrofóbica que en el anterior. Estoy a plena luz del día y apenas se ve aquí dentro. Huele bastante a humedad y aire está rancio. Desde luego, no es un lugar agradable para permanecer.

Tras dejar una primera estancia a la derecha, se accede por unas escaleras a una zona superior donde hay otros espacios.

Acceso zona superior

Llego a otra estancia que tiene forma semicircular y un murete bajo a modo de corredor que se adapta a esa forma. La pared contiene varias troneras ideadas para disparar desde ahí a los posibles objetivos, en teoría ofreciendo la mayor protección posible a los soldados que sobre el murete estuvieran defendiéndose.

Muretes de apoyo y troneras para disparar

A pesar de los años que tiene este búnker, hay que decir que está todo en relativo buen estado de conservación, y aceptablemente limpio, lo que lo hace perfectamente visitable. Si queréis por curiosidad sentir la sensación de habitar por unos minutos una de estas estructuras, no dejéis de verlo. Ahora ya seguiré mi ruta hacia Panticosa.

Salida – y a la vez entrada- al búnker de Santa María

De nuevo tengo que recorrer parte de la senda que ya he hecho para acceder al Mirador de Santa María, pero en descenso.

Miro hacia atrás y veo el Mirador de Santa María arriba en la foto
Otro parapentista, esta vez con Peña Blanca (2.541 m) de fondo

Al retroceder, llego hasta el poste que dejé cuando inicié el pequeño ascenso hasta el último mirador.

Una de las indicaciones nos dirige hacia Panticosa, lo pongo yo aquí, en la foto, con el ordenador, porque desde esta posición, no se ve.

Tras unos poquísimos metros de recorrido, se accede a una pequeña esplanada donde hay un panel explicativo y a su derecha, una senda de bajada, que está reforzada con unos escalones hechos a base de troncos para facilitar el descenso. Hay que ir por ahí para llegar a Panticosa.

Por aquí se baja a Panticosa
Senda de descenso

Además de los troncos, en algunos tramos han colocado una barandilla a base de sirgas metálicas para la protección del senderista.

Después, el camino discurre por una agradable ladera llena de vegetación. Siempre en descenso, pues estamos bajando del mirador.

A un lado del camino me encuentro con lo que parece un ejemplar de Hipérico de Burser, Hypericum richeri, estilizada planta cuyas flores amarillentas están llenas de glándulas oleosas. Crece en landas, prados acidófilos y roquedos altimontanos y subalpinos.

Hipérico de Burser

A medida que voy descendiendo, encuentro varios postes de señales, pero van dirigidos a los senderistas que vienen de Panticosa, indicando la ruta hacia los miradores.

Por aquí no hay pérdida, lo único que hay que hacer es seguir la senda que está muy bien marcada y siempre en descenso. Toda esta excursión es muy fácil tanto por la orientación como por el esfuerzo requerido, y muy bonita.

En un momento dado, el paisaje se abre algo hacia la derecha. Voy caminando bordeando un campo de pastos que está delimitado por un murete de piedra .

Campo de pasto
Murete de piedra que voy dejando a mi derecha a medida que avanzo

Poco a poco voy llegando al final del camino, se nota porque el terreno casi se aplana por completo. El recorrido sigue siendo muy agradable. No me está defraudando para nada, al contario, me está gustando muchísimo. Es muy relajante visitar estos lugares.

Final de la ruta de los Miradores de Panticosa

Finalmente, llego a unas escaleras junto a un cartel, que terminan justo en la carretera. Siguiéndola un rato, me llevará hasta el aparcamiento del telesilla de Panticosa, que es a donde me dirijo ahora.

Final del descenso desde los miradores
Inicio de la ruta de los miradores desde Panticosa (carretera), o final, según se mire

Recorrido por carretera hasta el aparcamiento del telecabina de Panticosa

Ahora me toca, como ya os he dicho, caminar por la carretera un buen trecho hasta llegar a la zona del aparcamiento del telesilla de Panticosa. No hay problema en marchar por aquí, no hay apenas tráfico, pero eso sí, voy atento y siempre por la izquierda.

A medida que voy avanzando, el bonito pueblo de Panticosa queda a mi izquierda. Estoy viendo las afueras del mismo, en su parte más baja.

Panticosa pueblo

Llegada al aparcamiento del telecabina de Panticosa (1.130m)

Al poco rato ya llego a la zona del telesilla o más bien ahora telecabina «Panticosa Los Lagos». Hay mucha animación aquí. Lógico, estamos en plena época estival y hay mucha gente de vacaciones.

Vuelta a la civilización
El aparcamiento está a rebosar

Hago desde aquí alguna foto a las telecabinas. Ahora son así, pero hace años, recuerdo que eran sillas, y recuerdo subir a la zona de los ibones de Asnos y Sabocos montado en ellas. Por eso para ser más exactos, no debería llamarlo telesilla, sino el telecabina de Panticosa.

Telecabina de Panticosa

Una vez que dejo atrás la zona de los coches, me dirijo hacia el puente que cruza el río Caldarés, después de una caseta de madera de la escuela de esquí.

Acceso a las Pasarelas de Panticosa

Pues bien, ya he llegado al lugar en el que me dispondré a iniciar la segunda parte de la excursión, por decirlo así, que quiero hacer hoy. Con el puente de frente, a la izquierda, distingo varios carteles y una máquina expendedora de tickets. Voy hacia allí.

En teoría, si no hubiera comprado con antelación la entrada por internet, cosa que he hecho, es aquí donde tendría que adquirir el ticket de acceso. Por la web de las pasarelas cuesta 3 euros. En la máquina 4 euros. No lo necesito, así que continúo.

Máquina expendedora de tickets

Cruzo el puente sobre el río Caldarés, el mismo que ha «fabricado» el cortado por el que discurren las pasarelas que voy a visitar.

Al final del puente, estratégicamente colocado, otro cartel indicando el inicio del circuito de las pasarelas.

A mi izquierda quedan las instalaciones del telecabina, una estructura de acero y metal muy aparente.

Y otro cartel, justo a la entrada de otro puente que cruza el río Bolática, me lleva por un camino que bordea en este tramo desde lo alto su cauce.

Mientras camino, las cabinas pasan por encima de mi cabeza, emitiendo un ruido sordo sobre los cables de acero.

A mi izquierda, el final del telecabina
Un vistazo atrás para que veáis por dónde he venido. Hay gente bañándose el el río Bolática

Subida hasta las pasarelas de Panticosa por el Camino de las Tierras

Desde el aparcamiento del telecabina, y siguiendo las indicaciones, llego a una zona de tierra, entre dos casetas. Paso entre ellas buscando la senda. Al lado de una de color marrón, (foto de debajo) hay un poste con señales de como ir a las pasarelas. El cartel de color azul será el que me diga la dirección.

Cartel azul indicando el inicio de las pasarelas, hay que subir medio kilómetro por la senda

Comienzo a subir, y sigo dejando a la izquierda las instalaciones del telesilla. Voy por el llamado Camino de las Tierras.

Inicio del Camino de Las Tierras
Subiendo por el Camino de las Tierras

A mi derecha, abajo, sigo viendo el río Bolática, un río que nace en el Valle de la Ripera y que es afluente del río Caldarés. Para otra ocasión me gustaría hacer una bonita (y fácil) ruta circular que partiendo del “huevo” de Panticosa, rodea al río Bolática por un bosque umbroso de ribera. La ruta remonta el río Bolática por la ribera izquierda llegando hasta el puente de La Zoche (con poza para baño incluida) donde se cambia de ribera y se comienza el regreso a Panticosa.

Cauce del río Bolática, que viene desde el Valle de la Ripera
Río Bolática

Como a unos diez minutos de caminar aparece otro poste de señales. Debo desviarme hacia el sendero que indica la dirección de las pasarelas.

Hay que continuar hacia las pasarelas, a 200 metros

Por este camino, ya veo abajo a la izquierda el pueblo de Panticosa, y un poco más adelante, también abajo, un prado y el inicio de las pasarelas. Allí me lleva la senda.

Instalación de acceso a las pasarelas

El acceso a las pasarelas: la caseta de control

Una vez que llego a la explanada donde hay una pequeña caseta de madera de información y control, -tras unos 15 minutos desde el aparcamiento-,me recibe una persona encargada de vigilar el acceso. Ahí es donde van a comprobar si llevas entrada. Yo he comprado el ticket por internet como ya os he contado, dos días antes. Hay una serie de cupos cada cierto tiempo, y una vez superadas las 65 personas, ya pasan a otra franja horaria, por eso conviene adquirirlo con antelación.

Caseta de control de tickets

Así que como tengo en el móvil la captura de pantalla que hice en el momento de comprar la entrada, la preparo para presentarla, pero no hace falta, la persona encargada lleva una lista en papel de los que han comprado el pase. Te pregunta el nombre, y si figuras allí, puedes continuar. Antes, a los que estamos allí, nos hace una serie de advertencias.

La primera es que tendremos que superar una prueba anti-vértigo, cuando desciendes hacia las pasarelas «de verdad», primero vas por un tramo similar, muy corto. Si aquí sientes mareos, vértigo o algo parecido, es el momento de darte la vuelta, no sigas, no pasarás un buen rato en las pasarelas. También avisa de que todo lo que caiga al río, se queda en el río, así que ni cámaras, móviles o cualquier otro objeto se podrá recuperar. También dice que hay tramos en los que las rocas sobresalen algo sobre las pasarelas, así que hay que caminar con cuidado.

Y finalmente nos cuenta que al terminar el recorrido por las pasarelas podemos subir a un mirador, el de O Calvé y desde allí bajar al pueblo de Panticosa. Lo haré también.

Recorrido por las pasarelas de Panticosa: 800 metros de longitud, a 80 m de altura sobre el río Caldarés

Bueno, y tras bajar las escaleras de prueba, comienza en sí mismo el recorrido sobre el río. Bajo estas líneas os pongo un mapa con la ruta al completo, incluyendo la subida al Mirador de O Calvé.

Pero, ¿por qué está esto aquí? ¿por qué puedo yo ahora caminar por estas pasarelas metálicas y contemplar desde arriba el cañón excavado por el río Caldarés en la roca?. Todo tiene su explicación en el Pirineo y nada existe porque sí.

Desde que el Pirineo emergió de las aguas marinas, cuando el período Cretácico tocaba a su fin, diversas redes fluviales se han ido encajando ocupándose de erosionar y transportar sedimentos de estas montañas.

Cuando el río excava, si la roca con la que se topa es dura, deberá emplearse a fondo y se encajará, creando un cauce que cada vez profundizará más y más. Al final creará un congosto o un estrecho, y cuanto más baje, más altas serán las paredes de roca que lo rodeen. Aquí estamos ante un caso semejante, una obra de la naturaleza de miles de años de antigüedad.

Pues bien, me dispongo a comenzar el paseo por la estructura metálica. El suelo es de rejilla. A través de ella se ve el fondo del barranco. La altura, sin ser de asustar, si que es considerable. Hablamos de unos 80 m, que no está nada mal. Además, la «sensación de flotar» viene incrementada porque la propia barandilla es prácticamente translúcida, sólo unas sirgas de acero entre cada palote o poste nos separa del abismo.

La estructura metálica va adosada a la pared de roca y se adapta a su perfil, por eso va y viene haciendo curvas según sea el terreno con el que se encuentra.

El trazado de la pasarela se adapta a la pared de roca
Una mirada atrás desde la pasarela, con el pueblo de Panticosa a la derecha

Si miro hacia abajo, veo el río Caldarés bajo mis pies formando pequeños saltos de agua en su discurrir por el congosto que se ha encargado de esculpir durante cientos de miles de años. También tengo la oportunidad de observar, y casi tocar, una abundante colonia de «Coronas de rey» que están viviendo sobre la roca.

Esta planta, la Saxifraga longifolia, forma una roseta basal con una corona de hojas superpuestas, aserradas e impregnadas de carbonato de calcio. Florece una sola vez en la vida, en verano, y una vez lo hace, muere. Habita roquedos calcáreos.

Saxifraga longifolia

Tras unos metros de caminar por la pasarela, ésta se eleva un poco, y tras subir por unos peldaños, se accede a otro tramo que nos llevará hasta un puente metálico que permite cruzar a la vertiente derecha del río según el sentido de la corriente.

Con el zoom saco alguna foto del curso del Caldarés. Grandes bloques de piedra arrastrados por el río hacen que el agua cree pequeños saltos al pasar entre ellas.

Después toca cruzar la garganta por un puente metálico que enlaza con la pared de roca de enfrente. Tal vez porque da más impresión, o simplemente por seguridad, este tramo tiene además de los cables de acero unas barras metálicas que refuerzan la estructura y hacen de quitamiedos.

Como es difícil hacerme una foto aquí, pido a una pareja que va tras de mí, que me hagan un par de fotos para tenerlas de recuerdo. Después yo retrocederé un poco y les haré otras tantas a ellos.

El puente metàlico sobre el Caldarés

Desde aquí arriba, tanto a un lado como a otro del puente, veo el río Caldarés, con su pozas y cascadas. El trabajo de pulimiento que ha hecho en la roca es patente. Algunas paredes están muy erosionadas por el agua, que ha aprovechado las zonas más débiles, quizás líneas de fractura o vetas en la roca, para excavar y abrirse camino, dejando las rocas más resistentes en resalte.

En la foto que pongo debajo, hecha desde el puente, os muestro la pared de la margen izquierda -según sentido del cauce- y ya sin pasarelas, para que veáis la atura y lo que ha profundizado el río a lo largo de los milenios.

El puente aún tiene paredes por encima de su nivel, así que si el río iba por allí arriba, imaginaros la magnitud del poder erosivo del Caldarés para encajarse 80 m por debajo de donde yo estoy. Y lo más importante, el proceso seguirá, imperceptible para el ojo humano, pero constante, con lo que dentro de miles de años, si todo esto sigue aquí, el cauce aún estará más abajo.

Otros escalones me permiten subir un poco de nivel sobre la pared de enfrente al terminar el puente metálico.

Y al final del puente, otra mirada hacia atrás, para que podáis apreciar la pared de roca por la que va sujeta la pasarela y por la que he caminado hace unos instantes.

Una vista atrás hacia la pared de roca por la que acabo de pasar

Ahora ya voy por la margen derecha del barranco y sigo avanzando por la pasarela que lo recorre. En este tramo hay más arbustos y vegetación a mi izquierda, alternando con algo de roca.

Después la pasarela entra en zona rocosa pero esta no es plana, sino que tiene salientes hacia donde caminan las personas. Ahora entiendo la advertencia de antes. Cuidado con los salientes.

La roca, a veces, se mete hacia la zona de paso

Desde aquí puedo seguir disfrutando de los estrechamientos y pozas que forma el río. Desde luego, todo este trayecto no es recomendable si se sufre de vértigo.

En las zonas en que la roca invade el trayecto, han ensanchado algo la pasarela hacia el abismo, como puede verse en la foto de debajo que amablemente pido y me hacen unos senderistas que vienen tras de mí.

Pequeñas cascadas en el Caldarés que saco con el zoom

Poco a poco parece que el recorrido va tocando a su fin, pues el congosto se abre al paisaje y ya se ve algo más de vegetación al fondo.

De todas formas aún puedo seguir observando el trazado del río y las rocas pulidas por el cauce, que ha esculpido un pasillo de giros a derecha e izquierda según le ha convenido.

Como un experto escultor, el río ha ido tallando la roca

Abandono ya la parte más angosta del recorrido y la pasarela discurre por una ladera de pendientes menos pronunciadas y perfil más suave.

Finalmente, y tras pasar por una puerta metálica al final de la pasarela, que imagino cierran cuando no hay visitantes, llego al término del trayecto. Ya en la senda de salida, un cartel advierte de que no se puede pasar sin autorización en sentido contrario y además prohíbe el uso de drones.

Poco después, el sendero llega a un poste en el cual tenemos dos carteles indicadores. Uno permite dirigirse directamente al aparcamiento de Panticosa por el Camino de As Paules en unos 30 minutos, hacia la derecha, y el otro, nos indica la dirección hacia el Mirador de O Calvé y la posibilidad de llegar también desde allí al aparcamiento, en unos 35 minutos, hacia la izquierda. Opto por esta segunda opción.

Además también hace referencia a la proximidad de un búnker de la Línea P, que está a tan sólo 5 minutos. Me acercaré a verlo.

Izquierda; Mirador de O Calvé; derecha; Camino de As Paules. Los dos acaban en el aparcamiento de Panticosa

Mirador de O Calvé (1.272 m)

Así que voy directo hacia el Mirador de O Calvé. La senda va subiendo el monte, pero en los tramos más incómodos han «represado» la tierra a base de troncos para hacer más cómodo el ascenso.

Todo está perfectamente indicado

Miro al frente y parece adivinarse que en lo alto del cerro puede encontrarse el Mirador de O Calvé. Hay como un panel informativo.

Pero antes, a mi izquierda, me topo con otro de los búnkeres defensivos de la Línea Pirineos. Voy a inspeccionarlo. Cuando llego, por su aspecto exterior, me da la impresión de que es uno de los de mayor porte que se pueden encontrar por aquí. Desde luego, es mucho más grande que los que he visto hasta ahora.

Búnker próximo al Mirador de O Calvé

Allí hay un panel con explicaciones de lo que es esta línea defensiva. Le he hecho unas fotos y os las pongo a continuación para que os hagáis una idea.

Historia de la línea P
Mapa de toda la línea P
Construcción de los búnkeres y armas que alojaban
Infraestructuras en torno a los búnkeres

Después me dispongo a entrar en la estructura, por unas escaleras que me llevan más abajo hacia una estrecha puerta.

Entrada al búnker

Accedo dentro y noto que este búnker huele igual que los otros – a humedad-, hay igualmente poca luz y la sensación de espacio claustrofóbico es similar, pero está especialmente cuidado y limpio. Desde luego lo han dejado en modo visita aunque el cartel diga que no.

Una zona pintada en rojo – ignoro por qué- parece servir de apoyo para algún tipo de armamento, seguramente el trípode de una ametralladora, que usaría la tronera que tiene al lado para apuntar al exterior.

Interior del búnker

Termino de ver este búnker y al salir me encuentro con otro poste de direcciones. Todo está muy bien señalado, es imposible desorientarse por aquí.

Panticosa a 20 minutos por As Paúles, yo no iré por ahí
Hacia el Mirador de O Calvé, tengo 10 minutos más de caminata

Sigo subiendo y veo otra estructura complementaria a la primera, que tiene unos bancos encima. No voy a entrar, ya me he hecho una idea de como son los búnkeres de esta zona y quiero llegar pronto al mirador pues tengo que volver a El Pueyo de Jaca y me gustaría visitar antes Panticosa, un pueblo que me encanta, y tal vez comer allí.

Otra zona del búnker y sobre su techo, unos bancos de madera para descansar y contemplar el paisaje

Abandono la zona del búnker y mientras voy subiendo al mirador, un ruido, como un zumbido fuerte, a mi espalda, llama mi atención. Con el zoom veo un hangar abajo a lo lejos, y a su lado, un helicóptero de color naranja chillón. Ha encendido el motor y parece que va a despegar.

Es un Aerospatiale AS350 B3 Ecureuil 2 EC-MSO. Va provisto de una cámara y hace fotografías a las torres del tendido eléctrico y a los cables, ya que es un helicóptero que realiza las tareas de control de los cables de alta tensión de las eléctricas.

Aerospatiale AS350 B3 Ecureuil 2 EC-MSO

Estos trabajos consisten en sobrevolar los tendidos con una cámara de vídeo y foto. En cada torre, el aparato se queda parado, hace sus fotos, se observan los puntos que pudieran tener algún problema, se pasa un lista de operaciones a realizar y se diseña el plan de mantenimiento.

Aparato que fotografío cuando se aleja y que se ocupa del control del tendido eléctrico

Y tras la visita a la estructura defensiva de la línea P, termino de ascender y llego al Mirador de O Calvé, a 1.272 m de altitud.

Las vistas desde aquí son magníficas. Se ve al fondo del todo la Sierra de Partacua y también a medio plano, el monte donde está el Mirador de Santa María, justo en el centro de la foto que os pongo debajo, es la colina llena de vegetación, que curiosamente, está a la misma altura que el de O Calvé , a 1.272 m.

El Mirador de O Calvé y y tras de mí Panticosa pueblo

También desde mi posición hay una buena panorámica del bonito pueblo de Panticosa. Con el zoom hago una foto de la zona de la iglesia.

Puedo ver también desde aquí arriba, el camino que luego tomaré para volver a El Pueyo de Jaca. En la foto de debajo, desde el aparcamiento, cruzaré el río Caldarés por la pista que se ve a la izquierda muy marcada y me dirigiré hacia el Camino de las Palizas.

La visión que tengo desde aquí es de 360 grados. Puedo disfrutar de todas las cumbres que me rodean en esta zona del Pirineo.

De izquierda a derecha, en los extremos, Puntas de Piniecho , Punta de las Escuellas (2.499 m). En el centro, más abajo, Yenefrito
Punta Peña Blanca (2.566 m), en el centro de la foto. A la derecha, al fondo, Las Puntas de Piniecho (2.556 m)
En el centro, al fondo del todo, de izquierda a derecha, Peña De Xuans (2.831 m) y los Dientes de los Batanes (2.909 m)
Al fondo, de izquierda a derecha; Pico Garmo Dero (2.674 m), Cochatalda Alta (2.031 m), Cochatalda Baja (1.938 m)
En el centro de la foto, al fondo y en punta, Peña Blanca (2.557 m)
Una última foto con Panticosa a mi espalda antes de bajar

Descenso del Mirador de O Calvé

Es hora de bajar de aquí. Un poste con indicaciones me ayuda a tomar la dirección correcta, pero la senda de vuelta es bastante obvia. Seguiré lo que pone en el cartel azul.

25 minutos tengo desde aquí al aparcamiento
Camino de bajada hacia Panticosa
Desde aquí se ve la carretera

Tras un rato de bajar por esta senda desde el mirador, me encuentro con otro poste de señales que me confirman que voy por buen camino.

Voy caminando entre bosque bajo y prados
El tramo final es muy sombreado hay mucha vegetación

Llegada a Panticosa

Finalmente, llego al pueblo de Panticosa. Ahora sólo me queda recorrer algunas calles para llegar al aparcamiento del telecabina.

Llegada a Panticosa
Desciendo por las calles hacia el centro del pueblo. Por aquí hay casas modernas pero estéticamente muy chulas

Podría haber bajado directamente al aparcamiento y haber tomado el Camino de las Palizas para regresar a El Pueyo de Panticosa, pero tengo todavía tiempo de ver Panticosa e incluso de comer aquí. Así que voy hacia la zona de la iglesia. Allí hay una fuente, con agua muy fresca, y una buena sombra para comer.

LLego a la zona de la iglesia
La fuente de la iglesia

Me hago una foto en el parque de la iglesia junto a una estatua ya muy famosa por aquí. Se trata de una estatua de un esquiador que donó un habitante de Panticosa en el año 2006 a su pueblo al que le tenía mucho aprecio, se llamaba Francisco Guillén Pes y falleció en el 2008.

En un principio esta figura que se estaba fabricando en Toledo iba a representar a la Compañía de Esquiadores del Valle Tena durante la guerra, pero finalmente pasó a representar directamente la figura de su hermano José Guillén Pes como esquiador.

Una foto en la plaza de la iglesia

Después de comer y descansar un rato, voy a dar un paseo por el pueblo. Hace mucho tiempo, años, que vengo por aquí. Y nunca me canso de recorrer estas calles cuando tengo la oportunidad. Voy viendo los negocios y los locales, bares, restaurantes, tiendas, hoteles, casas rurales…todo ha ido cambiando con el tiempo. Hay lugares que están como siempre. Otros se han transformado o han desaparecido de como los recuerdo. Algunas calles se han modernizado, siempre para mejor.

Contaros que la primera vez que se cita Panticosa es en el siglo XIII como capital del quiñón. En aquel entonces, constaba de cuatro vicos (aldeas): el de Santa María, San Salvador, el de Sus y el de Exena, este último desaparecido ya en el siglo XV. Y es que, antes de este siglo, no existían los pueblos como tal, sino que eran casas o pardinas aisladas que acabaron juntándose y formando aldeas o vicos en torno a las iglesias y caminos.

Sin ir más lejos, Panticosa tal y como la conocemos hoy en día, nació en 1.426, cuando los vicos de Santa María (junto a la actual Iglesia de la Asunción) y San Salvador (actual zona del cementerio) se unieron.

Un hotel de toda la vida, el hotel Navarro, frente a la iglesia

La iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Panticosa es un edificio levantado en el siglo XVII sobre una antigua construcción románica, de la que sólo se conserva la zona occidental.

Por desgracia, esta iglesia ha sufrido dos graves incendios. El primero fue el 24 de julio de 1.536 donde se cuenta que ardieron 88 casas y la iglesia, es decir, prácticamente todo el pueblo.

La puerta de la iglesia

De esta última, quedaron en pie solamente cuatro paredes chamuscadas y agrietadas por el calor hasta que trece años después, en 1.549, se logró su reconstrucción y el obispo don Pedro Agustín llegó a consagrar de nuevo la iglesia.

El otro incendio sucedió el 29 de marzo de 1.978 que destruyó por completo el retablo del altar mayor, de estilo rococó del siglo XVIII. Así, el actual está compuesto por otras piezas que fueron salvadas, en el que destacan la cruz presidencial y el sagrario, ambas del siglo XVI.

Interior de la iglesia

Continúo un rato más hacia la parte alta del pueblo, luego volveré a bajar hacia el aparcamiento.

Bar – barbacoa Tochail
Hotel Restaurante Escalar
Casa Valero
Fuente del año 1.903
Típica casa tradicional de Panticosa
Bonita decoración en las fachadas de las casas
Original – y decorativa-forma de llamar a la puerta
Pensión Panticosa
En estos pueblos del Pirineo los perros campan a sus anchas

Tras darme una buena vuelta, hay que continuar. Comienzo a bajar las calles para recorrer los 300 m que me separan del aparcamiento del telesilla.

Poco antes de llegar al aparcamiento cruzo el río Caldarés por el Puente Viejo. Este precioso puente de piedra sobre el río fue levantado en 1.556, sobre otro anterior de madera, por el maestro bearnés Beltrán de Betbedé.

Formaba parte del Camino Real que unía las localidades de Panticosa, Hoz de Jaca y El Pueyo de Jaca. Consta de un solo arco rebajado y cuentan que al ser más estrecho en su parte central, esto permitía al pastor contar las cabezas del ganado al ir y al venir de los pastos.

El puente que permitía al pastor contar las cabezas de ganado en el centro
El Puente Viejo de Panticosa

Una vez ya en el aparcamiento, a la izquierda, dejo las instalaciones del telesilla igual que cuando fui a las pasarelas, y también la cervecería Cobaxo, con su simpático perro-reloj San Bernardo, colgado en la fachada.

El reloj San Bernardo de Panticosa
Las telecabinas

Ahora la ruta que seguiré partirá desde el cartel que indica el inicio de las pasarelas de Panticosa pero en vez de ir hacia allí, haré caso a otro cartel de color amarillo que me dice como ir hacia el Camino de las Palizas. Cruzaré el puente sobre el río Bolática, -es el que se ve en la foto que os pongo bajo estas líneas- y luego siguiendo la pista giraré a la derecha y subiré una pequeña cuesta en la que la pista tiene el firme de cemento.

Ahora iré por el puente sobre el río Bolática y luego a mano derecha, por la pista
Dejo a mi izquierda el inicio de las pasarelas
Hacia El Pueyo de Jaca por el camino de Las Palizas

Al cruzar el puente sobre el Bolática, veo algunas personas que están aprovechando que hace bueno para darse un baño en sus cristalinas aguas.

Bañistas en las pozas del Bolática

El Camino de las Palizas

Tras la cuesta cimentada, llego a una zona plana, de tierra y gravilla, y en una piedra a la izquierda veo las marcas del sendero de pequeño recorrido PR HU 91.

PR HU 91

Voy caminando por una ancha pista entre los árboles. A la izquierda paso cerca de una pequeña fuente por la que ahora no cae nada de agua y sigo avanzando por este PR HU 91.

Fuente en un lateral del camino

El río cae ahora a mi derecha, según el sentido de mi marcha y también del cauce. Se escucha el rugir del agua. Por lo demás no hay apenas sonidos, es como si todo el bullicio de la zona del aparcamiento hubiera de golpe desaparecido.

Tras caminar unos metros, llego a una bifurcación. Una pista continúa paralela al río, otra sube una cuesta hacia la izquierda. Hay que ir por la primera, no obstante, un poste con señales me indica la dirección hacia El Pueyo de Jaca.

La pista se divide, pero hay un cartel indicativo

Después el camino se estrecha y se convierte en una senda rodeada de bojes, muy agradable y fresca.

Continúo la marcha y el paisaje se abre a unos campos de pastos delimitados con un muro de piedra. Son los campos que veía a lo lejos desde arriba, en el Mirador de las Sabinas.

Me encuentro con algún otro pequeño desvío a alguna propiedad que podría llevar a confusión, pero en los puntos clave hay postes indicativos.

Sigo viendo las marcas blancas y amarillas del PR HU 91

La verdad es que este camino de Las Palizas está muy bien indicado en todo momento con postes y señales de todo tipo. No sé por qué le llamarán de las palizas, porque es un recorrido bonito, fácil y muy agradable. Todo menos recibir ¡una paliza!.

Este camino es increíble. Todo de repente comienza a estar recubierto de musgo, supongo que la proximidad al rio le da al lugar la humedad suficiente para crear este tipo de ambiente.

A pesar de lo obvio del camino, escatiman en señales a lo largo de toda esta bonita senda.

Y es que todo sigue repleto de musgo, las piedras, los árboles y arbustos…le da al camino una apariencia casi onírica, es realmente un entorno que te cautiva y asombra al mismo tiempo.

Por haber, hay hasta carteles caseros de dirección sobre los muros de piedra. No se puede uno perder, habría que estar ciego, literalmente.

El barranco de Yanel

Al rato, la senda desciende por unas escaleras formadas con tablones, y se llega a un barranco, el de Yanel. Es como un rincón ignoto y perdido en el bosque. No se oye nada, no hay un alma, es verdaderamente un lugar antiestrés.

Para facilitar su paso, imagino que pensando en períodos en los que torrente que por aquí baja va más crecido, han construido un pequeño puente de tablas de madera. Lo cruzo.

Puente de tablas sobre el barranco Yanel
El torrente del barranco de Yanel

Continúo caminando y la senda se interna de nuevo en el bosque, pero el musgo y el ambiente sombrío no desaparecen. Miro a lo alto y las copas de los árboles casi tapan el cielo.

Atravieso un bonito y frondoso bosque

Entre algunas ramas me encuentro con telas de araña. Bajo estas líneas en el centro de la foto, si os fijáis bien, se ve al arácnido. No logro identificar a qué especie pertenece.

Pero lo más alucinante viene ahora. Los árboles, las ramas y troncos, presentan una especie de liquen colgante que le da un aspecto fantasmal a la vegetación. El silencio es total.

En un momento determinado, la senda se abre un poco al paisaje y puedo ver los lejanos picos en el horizonte. Me está gustando un motón este Camino de las Palizas.

Por el camino también me voy encontrando con triángulos de color rojo. Esto no son las marcas habituales para hacer senderismo. Corresponde a la señalización del Trail Valle de Tena que es una carrera que este año en su modalidad 1 K pasará por aquí.

Fin del Camino de las Palizas y llegada a la carretera que me llevará a El Pueyo de Jaca

Y finalmente después de atravesar este bonito bosque y recorrer este relajante sendero, éste termina llevándome a la carretera asfaltada que comunica El Pueyo de Jaca con Hoz de Jaca.

Final del Camino de las Palizas, la carretera entre Hoz de Jaca y El Pueyo de Jaca

Ahora queda cruzar el puente de la carretera sobre el Caldarés y recorrer unos centenares de metros para llegar a la entrada de El Pueyo de Jaca.

El río Caldarés desde el puente
Por la señal de centro urbano llegaré a la zona de los paneles donde comencé la ruta
Después es recorrer las calles de El Pueyo de Jaca a la inversa hasta llegar al coche

Pues esto es todo, seguidores de mi blog, ha sido una jornada muy agradable y relajante una estupenda excursión que os recomiendo hagáis porque es muy bonita y merece la pena, sobre todo la última parte por el Camino de las Palizas es impresionante. Un cordial saludo a todos, gracias por leerme, y nos vemos en otra entrada del blog.

La ruta en el Google Earth

Como siempre, os dejo la ruta en color amarillo, que he señalado usando el mapa del Google Earth.

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