Subida al pico Valdemadera (1.273 m). Por la Sierra de Algairén, (II). Un sorprendente espacio natural a tan sólo 46 km al suroeste de la ciudad de Zaragoza.

Hola amigos, hoy es sábado 2 de noviembre de 2019 y estoy en mitad de un puente al caer Todos los Santos en viernes. La idea era haber salido al Pirineo, para ver los bosques otoñales en todo su esplendor, pero el tiempo ha salido desastroso. Lluvia en toda la cordillera así que para ir de esa forma mejor quedarse en casa o…buscar una salida alternativa. Y eso es lo que he hecho.

Por la Ibérica zaragozana no daban lluvia, así que he pensado acercarme a hacer el pico Valdemadera, que quedó pendiente de cuando visité la Sierra con mi amigo Ángel allá por el 11 de abril de este año -tenéis una entrada en este blog de esa excursión-.

Esta vez me han acompañado mi amigo David y su primo Jorge. No conocían la zona así que les he llevado para que hagan un primer contacto a ver que les parecía. Lo bueno de salir por aquí es que está a 55 km de Zaragoza capital, a 40 minutos en coche como máximo.

Hemos quedado a las 7 de la mañana y nos hemos ido con el coche de David. Al llegar a Cosuenda no hemos aparcado en el pueblo, como hice yo la otra vez, sino en el Raso de la Cruz directamente,con lo que hemos ganado tiempo.

Ruta seguida hoy por la Sierra de Algairén

Hemos hecho unos 5 km en total aproximadamente, no es mucho, pero hay que tener en cuenta que son muy duros, pues la subida se las trae, son 730 metros de desnivel, desde los 731 m del Raso de la Cruz hasta los 1.273 m del pico Valdemadera, el más alto de esta Sierra de Algairén. Y la bajada pues exige también hacer trabajar las piernas.

Pues bien, comenzamos. Nos dirigimos por la autovía Mudéjar A-23 hasta el desvío a Cariñena, atravesamos el pueblo y a la salida hay que coger dirección la Almunia de Doña Godina. Pronto por esta carretera encontraremos a su vez el desvío a Cosuenda, que tomaremos.

Llegamos a Cosuenda y allí avanzamos por el pueblo hasta llegar al final y pasar por un puente que deja a la izquierda unos depósitos metálicos. Seguimos la pista asfaltada que luego se vuelve de tierra pero en muy buenas condiciones. Hay que llegar al Raso de la Cruz donde aparcaremos. El que quiera ver con más detalle cómo se llega allí, puede ver la otra entrada del blog sobre la Sierra de Algairén pues este recorrido lo hice andando. A las 8,13 horas ya estamos en el Raso de la Cruz, a 731 m.

Aparcamos junto a una furgoneta grande, no hay otro coche. De él baja un solitario senderista que se va hacia el lado contrario que nosotros, por la pista ancha de la derecha, seguramente irá al Collado del Tío Francisco y la casa de los Frailes.

El día está encapotado y hay poca luz todavía, pero lo importante es que visto el panorama que hay con el tiempo por la zona norte hoy, nos damos por satisfechos con que no nos llueva y aguante la mañana.

Son las 8,15 horas. Comenzamos

Empezamos a caminar dejando la pista de la derecha y nos internamos en las instalaciones del Raso de La Cruz, siguiendo una indicación que pone Santo Aguarón, y dejando a su vez a la izquierda una casa de piedra y madera que sirve para hacer barbacoas. Pasaremos al lado de la fuente, que también queda a la izquierda y nos internamos por la pista que tenemos al frente y que además está llena de paneles interpretativos de las plantas que hay a lo largo del recorrido.

Ya me llevo la sorpresa desagradable nada más empezar porque el cartel que indicaba el Collado de Valdecerezo y la Nevera por la senda PR-Z43 -con marcas blancas y amarillas- que es la que tenemos que seguir y que pude fotografiar la primera vez que estuve por esta zona, ahora no existe. Algún desalmado lo ha arrancado de cuajo. Se habrá quedado muy satisfecho de la gamberrada, por llamarlo suavemente. En fin, lo de siempre. Una pena.

Hay que continuar hacia el fondo de la imagen. Hay un primer cartel que indica Santo Aguarón

Pues bien seguimos al frente y en el lado derecho algo elevada hay otra caseta, de estuco blanco y que la dejamos atrás a medida que vamos avanzando. Ya que no hay cartel , que os sirva esto de orientación, aunque como digo, está la otra entrada del blog que también puede ayudar. No obstante más adelante hay otro cartel similar al que han arrancado así que en principio no tiene pérdida. El cielo sigue plomizo, casi blanco, pero no amenaza lluvia.

La pista en este tramo es cómoda, aunque como no podía ser de otra forma, va ascendiendo paulatinamente. Como estamos a primeros de noviembre, algunos árboles ya tienen el característico tono otoñal, pero los menos, pues esta zona es mayormente de encinares.

La pista sigue abierta y bastante ancha. Va progresando ladera arriba y podemos ver un paisaje que de momento está repleto de encinares. Son las 8:22 horas.

Todo está lleno de encinas, el árbol predominante por esta zona

Seguimos caminando entre encinas y pinos y llega un momento en que la pista hace un giro pronunciado a la izquierda y sigue subiendo. No hay que ir por ahí. Hay que seguir recto. No hay ningún cartel, pero me he enterado que hace años sí había uno justo en este punto tan importante en el que te puedes confundir. Seguro que lo han destruído igual que el de abajo. Creo que se deberían reponer con urgencia, pues son de gran ayuda para el caminante.

Jorge avanzando por la cómoda pista. Yo le hago la foto justo a la altura del giro pronunciado que no hay que hacer.

Aquí nos hacemos una foto, más que nada porque es un lugar que hay que recordar para no equivocarse en alguna otra ocasión que se vuelva por aquí. Ya me lo había explicado mi amigo Ángel la vez anterior. Llevo el trípode así que sin problemas para poner la cámara donde nos venga bien. De todas formas no me voy a entretener demasiado en explicaciones pues las hago con mucho detalle en la otra entrada del blog sobre esta zona, salvo que el camino sea diferente.

A nuestra espalda la ruta a seguir. Hay que entrar por ahí.

La pista se ha convertido en senda, estrecha y llena de vegetación, ahora vamos camino del lugar llamado el Sitio del Emparrado, a 940 metros de altura. Nos topamos con algunas setas a un lado de la senda, de tamaño considerable, y algún arbusto con frutos rojos del bosque. Que sean comestibles o no ya no lo sé.

Colores de otoño en algunos árboles, aunque no se prodigan aquí por su abundancia

Seguimos ascendiendo y pasamos junto al antiguo roble que ví en la primera excursión en abril, esta vez con hojas, -en aquella ocasión sólo tenía ramas-, y algunas de ellas que ya amarillean. Antiguamente había muchos más robles, pero con el tiempo los fueron talando para hacer carbón vegetal según cuentan.

Mi viejo conocido, el roble de la otra vez

A las 9 de la mañana llegamos al Sitio del Emparrado. Nos hacemos la típica foto y descansamos algo, tampoco mucho. No nos podemos quedar fríos, no ya por la temperatura que es relativamente agradable, aunque algo fresca, sino por los músculos. Ahora viene el repecho más duro y hay que estar preparados.

Un pequeño descanso en el Sitio del Emparrado a 940 metros de altitud

Iniciamos el duro ascenso a buen ritmo. Nos metemos en el verdadero bosque de esta Sierra. Resistimos bien. Cuando llegamos a la zona donde un árbol hace un pequeño arco nos hacemos una foto por el recuerdo y lo bonito del sitio y también porque nos sirve de excusa para tomar un pequeño respiro. Vamos animados y charlando, aunque en los tramos más duros nadie dice nada, se nota el esfuerzo, hasta hablar cansa. Toda la energía debe usarse para los repechos. Esta zona, no os voy a engañar, es exigente.

Subiendo por la PR-Z43. Un tronco talado sirve para poner la pintura blanca y amarilla de esta senda.

La marcha sigue, siempre en sentido ascendente y la ropa nos molesta. Tenemos calor con ella, el esfuerzo de la subida nos hace sudar.Paramos a quitarnos alguna capa. Además el sol ha salido tímidamente entre las nubes, con un poco de suerte la mañana se mantendrá sin lluvia.

Aquí estamos subiendo por la PR-Z43 y por momentos el sol se cuela entre los árboles

Cuando ya llevamos un rato ascendiendo, serán sobre las 9:30 horas, llegamos a una bifurcación de caminos. Uno va hacia la izquierda, ascendiendo, bueno en realidad los dos ascienden, pero el primero enlaza con la GR-90.3, hacia el Collado de Valdecerezo, y el otro, continúa por la PR-Z43 hacia la Nevera y el Mirador de la Falaguera. Los dos llevan al final al mismo lugar prácticamente, el primero casi directamente al pico Valdemadera y el segundo unos 500 metros más allá pero en la misma zona, y con las antenas del pico como referencia constante.

Colocando el trípode para hacernos las fotos
Los tres en la bifurcación. Tiraremos por el camino que está a mi espalda

Así que decido que subiremos por Valdecerezo a enlazar con la GR-90.3 y por ahí llegaremos al pico, ya que la vez anterior que vine con mi amigo Ángel fuimos hacia la Nevera. Después volveremos otra vez por la PR-Z43 en descenso hacia el Raso de la Cruz. Haremos una circular

Iremos hacia la izquierda, la vuelta la haremos por el camino de la derecha

Empezamos a ascender, aunque realmente también hay alternancia con algún llano e incluso con alguna zona de bajada. A mí se me hace menos pesado que el camino de subida hacia La Nevera tal y como lo recuerdo de la vez anterior. El paisaje es el mismo, encinas, carrascas y en algunos tramos se aprecia el tono grisáceo en los troncos que están colonizados por líquenes.

Al rato el paisaje se abre permitiéndonos ver el valle y apreciar el tramo que hemos ascendido. Este camino va paralelo a un tendido eléctrico que a veces va sobre nuestras cabezas y que es el que proporciona energía al complejo de antenas de la cima. La subida es constante en este tramo. Sabemos que estamos yendo por la GR-90.3 porque en algún poste y en algunas rocas hay pintadas con las bandas horizontales de color blanco y rojo que corresponden a este recorrido.

De ahí abajo venimos. Hemos ascendido bastante. Al final serán 730 metros de desnivel

Poco a poco vemos las antenas de telecomunicaciones más cerca, y por tanto nuestro objetivo de llegar a la cima más alta de la Sierra de Algairén. A ratos la senda se interna en bosque de encinas y carrascas, a veces alternando con pinos, pero no tiene pérdida, pues el trazado es claro y además siguen estando bien visibles las marcas de la GR-90.3

A ratos nos volvemos a internar de nuevo en zona de bosque

A veces, cuando clarea el bosque se puede ver la ladera de la montaña por donde va la PR-Z43 que ha quedado a nuestra derecha, y también algunos grupos de árboles de hoja caduca con sus característicos tonos otoñales junto a encinares y carrascas.

Tonos de otoño

El sendero continúa progresando bajo el tendido eléctrico que podemos observar a lo lejos, más allá de nuestra posición. Siempre nos acompañan las marcas blancas y rojas.

La senda sigue el tendido eléctrico

Las vistas hacia el valle siguen siendo magníficas, podemos ver perfectamente los campos y el pueblo de Cosuenda a los pies de la Sierra y todo el Campo de Cariñena. Al fondo, en la lejanía, las instalaciones de aerogeneradores de la localidad de La Muela.

Cosuenda, en primer plano, sacado con el zoom

También se ven las montañas que surgen hacia el sureste, parecen olas grises bajo el cielo encapotado de nubes negruzcas amenazantes que de momento nos están respetando. Esas montañas pertenecen a la Sierra del Águila, cuyo pico más prominente es Cabezo Rodrigo (1.077 m) al sur de Paniza, en los límites con Aladrén y Cerveruela. También hay cimas destacables como el pico Virgen del Águila (1.055 m) y el Cabezo Miralbueno (1.076 m).

A las 10:15 horas, ya podemos empezar a vislumbrar el tramo final de la ascensión, y también hacer fotos del camino que hemos seguido. Mirando hacia atrás vemos el tendido eléctrico y la falda de la montaña donde está el bosque por el que hemos progresado siguiendo el sendero.

Esta toma hacia atrás nos muestra por donde hemos ascendido. Por la ladera del fondo a la izquierda hasta enlazar con el tendido eléctrico – oculto en parte por el terreno- pero no por la zona del cortafuegos que se ve al fondo

Ya nos encontramos muy cerca. Las marcas siguen pintadas en las rocas pero las antenas como referencia están muy visibles y no hay pérdida.

Justo al lado del camino veo moverse algo. Es un «bicho» que no logro identificar. Es grande y raro. Tiene una especie de «cerebro» amarillo que le sobresale tras la cabeza, con prominentes ojos y antenas, un abdomen a rayas que parece acorazado y unos garfios que sobresalen de la parte trasera,como si fueran pinzas. Un auténtico monstruo digno de película de ciencia ficción, si aumentásemos su tamaño para el celuloide.

Algo se mueve, y aparece este insecto desconocido para mi. Es una Chicharra.

Me resulta un tanto repulsivo también. Es que eso amarillo que tiene es como si se le estuviera saliendo algo del cuerpo. Le hago fotos, como puedo pues no para quieto. Finalmente, ya sé lo que es, una Chicharra.

Es el Ephippiger. De 2 a 3 cm de largo.Ephippiger es un género de los saltamontes longicornios En teoría, tendría que salirle de la parte de atrás lo que se llama un oviscapto largo y curvado hacia arriba. Pero no lo tiene. ¿Lo habrá perdido en algún encuentro con un depredador? posiblemente.

Tiene unas alas pequeñas y una protuberancia que recuerda a una silla de montar. Las alas atróficas de los Ephippiger no les permiten volar y su principal cometido es el de emitir sonidos (estridulación).

Continuamos el ascenso por la senda hacia el feo pico de Valdemadera (1.273 m). No se puede mencionar nada destacable, salvo las antenas de telecomunicaciones que lo afean más si cabe. Lo único que tiene es ser la cima más elevada de la Sierra de Algairén y las vistas sobre el campo de Cariñena al frente y la Sierra de Vicort por detrás. Si no fuera por estas dos características, ni me molestaría en coronarlo.

Ya queda menos para llegar a Valdemadera. ¡Qué feo es!

Son las 10:30 horas y hemos llegado a la zona donde la GR-90.3 termina para unirse a la pista que conduce directamente al pico. Hay varios carteles indicativos, incluso desde aquí se puede ir a los pueblos de Aguarón, en el campo de Cariñena y Tobed en el lado oeste de la Sierra. Si echo la vista atrás puedo ver perfectamente un mojón de madera con las marcas blancas y rojas y el sendero tapizado de verde por el que hemos venido.

También se ve mirando hacia el noroeste el alto de la Nevera (1.215 m), donde yo ya he estado con mi amigo Ángel, con su característica caseta del ICONA, y esa pista hormigonada que en la distancia parece un camino blanco.

El alto de la Nevera (1.215 m)

Si dirigimos nuestra mirada al noroeste también, podremos apreciar la zona de la Sierra de Vicort y sobre uno de sus picos el radar en forma de cúpula del escuadrón de Vigilancia Aérea Número 1 (EVA-1) y la unidad de Mando y Control (MACON), que se dedica a la vigilancia del espacio aéreo español.

En la cima del monte más oscuro está el radar del MACOM que es ese punto que se ve en el pico

Despliego el trípode para hacernos alguna foto junto a los carteles, pero es tanto el aire que hace que opto por no ponerlo porque me arriesgo a que me lo tire con la cámara incluida. Así que renuncio a sustos.

El viento, o aire, como decimos en Aragón – expresión que está reconocida por la R.A.E.- sopla con una fuerza inusitada. Lo que no entiendo es por qué no instalan aquí unas torres de aerogeneradores eólicos para dar corriente a las antenas en vez del tendido que existe. Sería perfectamente factible.

Ni ajustándome la visera logro que se esté quieta, así que lo sustituyo por el gorro de cabeza. Además viene bastante fresco, así que me pongo dos capas de ropa.

Hacía tanto aire que tuve que ponerme el gorro de cabeza para que no se me llevara la visera

El cierzo, sopla tan fuerte, que David y Jorge se han adelantado y van hacia las antenas para no quedarse quietos soportando el vendaval. Yo mientras tanto me quedo plegando el trípode.

David y Jorge subiendo hacia las antenas de telecomunicaciones

Cuando voy hacia donde están ellos, ya recogidos los bártulos, veo que vuelven. El aire no les gusta nada, y consideran que no les merece la pena llegar hasta arriba. Yo sin embargo sí quiero alcanzar un indicador geodésico que hay en la cima y coronar Valdemadera.

Les indico que se resguarden junto a unas rocas y unos pinos que hay mas abajo y que me esperen que vuelvo enseguida. Lo primero que veo es que hay una zona asfaltada, bastante deteriorada, y otro camino de tierra que parece ser rodea las instalaciones. Voy por el de tierra para rodear las antenas.

Por el camino de tierra hacia las instalaciones

En mi caminar puedo ver el paisaje que me rodea. Veo algunos árboles naranjas y amarillos, pocos, pero destacan en la ladera. Veo más zonas del valle lejano y los campos de tonos ocres, muchos ocupados por viñas, cuyo fruto dará origen a los afamados caldos de la zona.

Islas de color en medio de la tierra parda
Las viñas, abajo en los campos, se ven algunas de tonos rojizos, otras amarillos

Poco a poco la torre principal se va haciendo más y más grande a la vista. El cielo del fondo muy nuboso. Las nubes van a toda velocidad empujadas por el viento. Se escuchan silbidos, son los que produce el aire al pasar a toda velocidad entre la estructura de hierro de la torre y los cables eléctricos.

Una de las torres de comunicaciones, el cielo cada vez más amenazador

La pista de tierra rodea un muro y una valla perimetral y por el lado contrario del que vengo, a la izquierda, se accede a un trozo de pista asfaltada, también en muy mal estado. Aquí sin embargo no sopla el viento apenas , es como un remanso de paz, al menos por el momento.

Una deteriorada pista asfaltada deja acceder a las instalaciones

Desde esta pista, a la derecha puedo ver otra torre menor, parece una antena. Está separada del complejo principal.

Hay alguna otra antena más en la cercanía de las instalaciones principales

Finalmente, llego a la parte superior y hago otro giro a la izquierda, buscando el punto geodésico. A la vuelta lo encuentro. Tiene la típica placa advirtiendo que la destrucción del pilote que señala el vértice geodésico será castigada por la ley.

El indicador geodésico del pico Valdemadera (1.273 m).

El lugar es bastante feo, hay algunas pintadas, la valla y el edificio son absolutamente funcionales y con atractivo arquitectónico nulo. Tampoco era de esperar. ¿Quién los va a ver?. Es bastante decepcionante, no invita a quedarse aquí mucho rato, todo tiene un aire decadente. El viento ahora sí sigue soplando con fuerza. Me hago una foto con el trípode, rezando para que una ráfaga no lo tire al suelo. Son las 10:51 horas.

Foto con el trípode esperando que no se caiga. En la foto naturalmente no se aprecia, pero hacía muchísimo viento.

Antes de irme en busca de mis amigos, hago alguna foto más del entorno de las antenas y del campo de Cariñena mirando desde la cima de la Sierra de Algairén.

La cobertura móvil y de tv para todos los pueblos de los alrededores está asegurada con estas torres
Vistas desde el techo de la Sierra de Algairén

Ya inicio la vuelta y en vez de hacerlo por donde he venido veo que hay un pequeño sendero que rodea la valla perimetral del complejo. Lo sigo y en un plis plas estoy descendiendo por un atajo que evita que siga la pista de tierra que he usado antes.

Una vez con mis amigos junto a las señales que vimos anteriormente, retomamos la pista que va desde el pico Valdemadera hasta el lugar donde puedes seguir hacia el alto de la Nevera o descender por la Nevera (se llama igual que el pico, pero es otra cosa, es una antigua construcción, no confundir) al Raso de la Cruz siguiendo otra vez el PR-Z43.

En una gran piedra hay una señal, es una cruz blanca y roja que significa que ya no vamos por la GR-90.3. Cuando en el monte se ven estas señales en forma de aspa, con los colores de la senda que antes estaba marcada con bandas horizontales de los mismos tonos, quiere decir que ese recorrido que seguías en ese punto ya no continúa.

Volvemos sobre nuestros pasos. Abandonamos la GR-90.3 que está aquí tachada. Ya no vamos por esa senda
Seguimos esta pista alejándonos de Valdemadera

Al cabo de unos pocos minutos, apenas a medio kilómetro de distancia, llegamos a otro poste indicador, donde, ahora ya sí, podemos enlazar con el PR-Z43 que nos permitirá volver al Raso de la Cruz donde tenemos aparcado el coche, descendiendo por el sendero que pasa junto a la Nevera y que desemboca justo donde nosotros tomamos esta mañana el enlace con la GR-90.3. Son las 11:10 horas.

Nosotros iremos hacia el Raso de la Cruz
Con Jorge, en la zona donde cogeremos el desvío de bajada hacia el Raso de la Cruz y al coche.

El viento sigue azotándonos sin piedad y mi amigo David hasta se ha enrollado al cuello el pantalón largo a modo de bufanda. El aire que hace desanima a mis amigos y los planes de llegar hasta el alto de la Nevera e incluso hasta el Cerro del Espino, se dejan para otra ocasión. Además el poder volver para comer a casa y aprovechar la tarde del sábado para otras cosas también influye. Bueno, me parece bien, hemos ocupado la mañana para despejar la cabeza de la rutina diaria y ganar en deporte y salud.

Echamos un último vistazo antes de irnos definitivamente al paisaje circundante. Con el zoom puedo sacar juntos , mucho más abajo, los pueblos de Aguarón en primer plano y más allá Cariñena. Siguen viéndose los campos de vides con los tonos propios del otoño.

Aguarón, en primer término, y al fondo, Cariñena

Nos adentramos pues otra vez en el bosquecillo de carrascas y encinares siguiendo el PR-Z43. Al principio de la senda hay un poste con los colores identificativos de este sendero, el blanco y el amarillo.

Aquí se ve el poste con los colores de la PR-Z43

Al poco el bosque casi parece fantasmagórico, con unos tonos grisáceos-blanquecinos que le proporcionan un montón de líquenes de ese color que están adheridos a los troncos de las carrascas.

Las carrascas llenas de líquenes, todo un espectáculo

Vamos descendiendo y al poco vemos el cartel que indica que se puede acceder a la nevera. La nevera era una construcción en piedra para conservar nieve y hielo. En mi anterior entrada del blog sobre la zona lo explico con detalle, por si alguien tiene curiosidad. También en la entrada de Fuendetodos y la Casa Natal de Goya.

Indicación de acceso a la nevera, una construcción tradicional para conservar nieve y hielo

Le pido a David que me haga una foto junto a la entrada para que se vea la proporción de la construcción respecto a la figura humana. Estas estructuras estaban cerradas y tenían forma como si de un iglú cónico se tratara.

Un servidor junto a la malograda estructura de la incompleta nevera que se ha derrumbado con el paso de los años

Bajamos y bajamos, estamos haciendo la senda que yo ascendí en abril de 2019 con mi amigo Ángel. ¡Qué cómodo es ahora bajarla! subirla era otra historia. Hay algunos árboles con las hojas anaranjadas,pero son los menos. ¡Qué lástima! me encantan los colores del otoño.

Tras un buen rato en descenso llegamos a la bifurcación de esta mañana. Ahora el camino que nos queda es el mismo que ya hicimos, más que en dirección contraria. Seguimos la PR-Z43 hasta el Raso de la Cruz. No lo he dicho hasta ahora, lo doy por supuesto, pero por si acaso algún lector lo desconoce explicaré que PR significa pequeño recorrido, y GR gran recorrido. En este caso la Z significa que es de la provincia de Zaragoza. Son las 11:38 horas.

Los dos senderos que se pueden escoger. Nosotros esta vez nos fuimos con el enlace al GR90.3

El descenso continúa. No nos ha llovido. Hemos tenido suerte. La luz ha cambiado respecto a primera hora, todo el suelo está tapizado de hojas de color marrón.

Panorámica que hace David con su smartphone (Samsung Galaxy S10 Plus) le salen fantásticas

Vemos cosas curiosas. Líquenes extraños, insectos, más setas,una especie de nidos de vete a saber que arácnido sujeto a un rosal silvestre, y sobre todo, algunos rincones que merecen hacer un alto por lo bonito del lugar.

Pensamos que sería una buena idea hacernos una foto junto a unos árboles que presentan las hojas con unos bonitos tonos anaranjados. Despliego el trípode, me dispongo a hacer la foto pero…unos ruidos se escuchan. ¡Son bicicletas de montaña que bajan por la senda a toda pastilla! Van a una velocidad increíble. Tras una curva del sendero aparece el primero. Nos tenemos que quitar como podemos. Luego otro, y otro. Van cuesta abajo como bólidos.

Junto a las hojas del otoño, después de varios intentos y casi a punto de ser atropellados por varias BTT

Esto se repite varias veces. Hasta cuatro o cinco. Y dejando espacio de tiempo entre ellos. Al final terminan de bajar definitivamente todos y como explico podemos hacer la foto tranquilos. Esto me parece mal porque ahora entiendo por qué algunas zonas del sendero más que camino parecen surcos de un pequeño canal, haciendo difícil progresar por ellos. No sé si debería estar permitido pasar por aquí con BTT. Van tan rápidos que comentamos que una mala caída no les puede traer buenas consecuencias. En fin, allá ellos. Son las 12:10 horas.

Siempre es bonito encontrar los colores del otoño, aunque por esta zona, si vas buscando eso, casi no lo verás

Después de un buen rato descendiendo, pasamos de nuevo por el Sitio del Emparrado, y salimos ya a la pista ancha donde abundan los pinos. Después seguimos por la misma pista rodeados de encinas y paneles informativos de las plantas de la zona, ya con dirección al Raso de la Cruz. Serán sobre las 12:46 horas.

La pista de vuelta hacia el Raso de la Cruz, la misma de la primera hora de la mañana pero en sentido contrario

Mientras vamos andando me llama la atención un solitario árbol de hoja caduca que destaca entre todo el color verde que lo rodea por tener tonos naranjas. Le hago una foto.

Parece una llama en medio del bosque

Son las 12:54 cuando llegamos al Raso de la Cruz. Al contrario que esta mañana, todo está lleno de coches. Esta es una zona recreativa y aquí viene gente a comer y a pasar el día entre la naturaleza. Hemos terminado a una hora muy buena para llegar a Zaragoza a comer, teniendo en cuenta que hay al menos 45 minutos en coche desde aquí.

A las 13:10 horas pasamos con el coche por el Peirón de San Cristóbal y llegamos a Cosuenda para tomar la carretera hacia Cariñena y luego la autovía a Zaragoza. A la altura de Cuarte de Huerva se pone a llover con fuerza, no nos ha pillado por los pelos, como he dicho, hemos tenido suerte.

A las 14 horas me dejan mis amigos en mi casa. Hemos pasado una buena mañana de sábado haciendo deporte y viendo nuestro entorno natural, saliendo de la ciudad y moviéndonos. Hemos ganado salud. Nos emplazamos para próximas salidas, si es posible por el Pirineo. Espero que os haya gustado la entrada del blog que podéis perfectamente complementar con la anterior entrada referida a esta zona. Gracias por seguirme queridos lectores y hasta la próxima.

Nos vemos en la próxima caminata ¡Hasta pronto!

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